En la feria medieval de Willow Creek encontrarás de todo: guirnaldas de flores, faldas escocesas, corsés, luchas de espadas... Y mucho amor.
April Parker es madre soltera y ha vivido en Willow Creek durante doce años. Ahora está a punto de quedarse con el nido vacío, así que decide mudarse de su pequeño y pintoresco pueblo. Y, por ello, le pide ayuda a su amigo Mitch con algunas mejoras para dejar su casa lista para la venta.
Mitch Malone es conocido por ser el alma de todas las fiestas, pero sobre todo por el atuendo que usa en la feria medieval: una falda escocesa (y poco más) que resalta sus músculos a la perfección. Si bien acepta ayudar a April, también necesita que ella le devuelva el favor: tendrá que fingir ser su novia en la próxima cena familiar para evitar los sermones sobre sentar cabeza. April acepta a regañadientes, pero cuando la cena se convierte en un viaje de fin de semana, resulta difícil saber qué parte es real y cuál puro teatro. Pero la reunión familiar llega a su fin, y, con ella, su relación fingida.
Cuando en verano la feria regresa a Willow Creek y la familia de Mitch aparece por sorpresa, April debe fingir una vez más. pero ahora nada parece tan falso. Y aunque ella se empeñe en negar su evidente conexión, ¿podrá abrir su corazón al que podría ser el amor de su vida?
Los muertos yacen inquietos en Edén.
Eliot tiene un secreto que reposa enterrado en Edén, el pueblo maldito. Allí deberá dirigir una excavación arqueológica de la que depende su futuro en el Museo Nacional de Historia. Pero Eliot acabará exhumando un mal mucho mayor que cualquier leyenda, que arrojará nuevas sombras sobre los pecados del ayer.
Lira tiene un pasado del que está decidida a huir. Para ello, se sumerge en la investigación de la leyenda de la tumba de la duquesa Morrigan que podría otorgarle la plaza que tanto anhela en los círculos académicos. Pero, deberá reencontrarse con Eliot, el chico al que abandonó, y ser muy rápida para mantenerse por delante de los demonios que la persiguen.
Emma tiene un don. O quizá se trate de una condena. Su ojo velado le permite ver a los espíritus, y la convierte en una sombra para los vivos y en una luz para los muertos. Sin embargo, cuando llegue a Edén, descubrirá que su luz tal vez sea demasiado brillante para aquellos que medran en la penumbra.
Como una de las humanas que acabaron en este planeta helado y, tras todo lo que han vivido, Kira debería contentarse con estar a salvo y tener un nuevo hogar. No solo ha visto que en este planeta las mujeres son respetadas y hasta atesoradas, sino que incluso un alien en particular, Aehako, ha dejado claro que está interesado en ella. De hecho, por más que Kira lo intenta, le resulta difícil mantenerlo alejado, aunque lo que en realidad quiere es agarrarlo por los cuernos e insistir en que la lleve a sus pieles.
Pero Kira tiene un terrible secreto, varios, en realidad. Y está convencida de que si Aehako supiera toda la verdad, no podría amarla. Sin embargo, hay algo si cabe más preocupante: los extraterrestres que las secuestraron están de regreso y, gracias al traductor de su oído, pueden encontrarla. Su presencia aquí pone a todos en peligro, pero ¿puede Kira renunciar a su nueva vida y al hombre que más desea? ¿Seguirá queriéndola si le cuenta sus secretos?