Un cuento de hadas nunca había sido tan sexy. ¡Déjate seducir por la saga del momento! (Libro 4)
Feyre, Rhys y su círculo más íntimo de amigos están muy ocupados
reconstruyendo la Corte Noche y el vasto mundo que la rodea. Pero el
solsticio de invierno fi nalmente se acerca, y con él, parece que llegará
cierto alivio ganado con mucho esfuerzo. No obstante, esta atmósfera
alegre y festiva no conseguirá detener las sombras del pasado que acechan
sin dar tregua.
Mientras Feyre está a punto de vivir su primer solsticio de invierno
como alta lady, descubre que sus seres queridos tienen más heridas de
las que había imaginado: cicatrices que marcarán de manera irrefrenable
en el futuro de su corte… Una corte que sufre las consecuencias de
una guerra devastadora.
¿A quién besarías, con quién te casarías y a quién matarías?
Cuando sus amigas le hacen esta pregunta, Olivia James lo tiene claro:
Besaría a Ezra Johnson, porque está cañón.
Se casaría con Mateo Ford, porque además de ser guapísimo tiene buen corazón.
Y... mataría a Jax DeLuca, porque es la persona más idiota e inaguantable que conoce.
Después de su primer encuentro años atrás, cuando Jax la convirtió en el hazmerreír del instituto, Olivia se juró a sí misma que siempre lo odiaría. ¡Siempre!
Y ahora, sin darse cuenta, en lugar de enviar la respuesta a sus amigas, manda el mensaje al chat grupal donde están tooodos sus compañeros de clase... ¡Incluidos esos tres chicos!
Nicki Aldrich y River Jackson han sido inseparables desde que llegaron al mundo con cuarenta y siete minutos de diferencia. Ella lo hizo envuelta en polvo de hadas. Él como si fuese un meteoro en llamas. El pequeño pueblo costero donde crecieron se convirtió en el escenario de sus paseos en bicicleta, las tardes en la casa del árbol y los primeros amores, secretos y dudas.
Sin embargo, con el paso de los años, River sueña con escapar de aquel rincón perdido donde todo gira alrededor de la tradicional pesca de langosta y Nicki anhela encontrar su lugar en el mundo. Pero ¿qué ocurre cuando nada sale como lo habían planeado? ¿Es posible elegir dos caminos distintos y, pese a todo, encontrarse en el final del trayecto?