Volar sobre la cara oculta de la Luna, ver la Tierra desde el espacio, flotar sin gravedad o buscar vida extraterrestre. Todo esto y mucho más espera a Impey Barbicane y a sus compañeros, los primeros viajeros espaciales.
¿Puede haber mayor aventura?
Las peripecias de Ana de las Tejas Verdes, una saga clásica ahora revisada y actualizada en esta cuidada edición ilustrada.
Uno de los personajes más entrañables de la literatura universal.
Ana se enfrenta a su segundo año como directora del Instituto Summerside con muchos retos por delante: la poderosa famlia Pringle se opone a los originales métodos de la joven y una estirada subdirectora no le pondrá las cosas fáciles.
Por suerte, ¡Ana tiene energía e imaginación de sobras para resolver cualquier entuerto!
Uno de los personajes más entrañables de la literatura universal.
Parece que fue ayer cuando la soñadora Ana Shirley llegó a Avonlea para revolucionar la vida del pequeño pueblo. Hay cosas que no cambian, como la facilidad de Ana para meterse en líos o su amistad con Diana. Pero la indomable pelirroja se hace mayor y su mundo está a punto de cambiar con ella.
Sherlock Holmes y el doctor Watson reciben una intrigante visita: se trata de la joven Mary Morstan, que les pide que investiguen la desaparición de su padre y el origen de unas perlas que recibe cada año por su cumpleaños. La petición de Mary dará pie a extraordinarios sucesos y les llevará hasta la mismísima India.
La cosa se pone calentita para Greg Heffley cuando descubre que meter a tropecientos familiares en una diminuta casa de la playa con la temperatura a tope es la receta perfecta para el desastre.
Hablando de recetas, los ingredientes de las legendarias albóndigas de la abuela siempre han sido top secret. ¿Logrará Greg destripar los misterios familiares antes de que se terminen las vaca...
¡El diario más loco de Gero!
¡Hola! Si aún no me conoces, soy Geronimo Stilton. Sé que es un nombre demasiado largo, así que llámame Gero. Vivo en Ratonia y, cuando no me queda más remedio, voy al colegio. Eso si no me cruzo con alguna señal de «Prohibido». Ahí solo se me ocurre hacer una cosa. ¡¡¡IGNORARLA!!!