Ana Shirley abandona su escuela de Avonlea para estudiar una carrera en la Universidad de Redmond y deja atrás su isla, el entorno en el que ha crecido y a sus mejores amigas. Buscar alojamiento, visitar su lugar natal, lidiar con pretendientes y hacer nuevas amistades se convierte en toda una aventura para la vital Ana, que también deberá enfrentarse a momentos dolorosos.
Ana de la isla es la tercera novela del célebre ciclo creado por la canadiense Lucy Maud Montgomery. Además de temas ya presentes en las dos novelas anteriores, como la importancia de la amistad y del sentido de pertenencia, vemos aquí disquisiciones sobre la plenitud personal, el amor ideal y, en definitiva, la madurez y las crecientes responsabilidades de Ana y de sus amigos.
Olvidar es aterrador, pero recordar todavía puede ser peor...
Charlie Wynwood y Silas Nash han sido mejores amigos desde que aprendieron a andar.
A los 14 años se enamoraron y empezaron a salir.
Un día se levantan y, por alguna razón inexplicable, no se reconocen.
Son dos completos desconocidos.
Ni rastro de su primer beso, su última pelea o del instante en que se enamoraron… Todos los recuerdos se han desvanecido.
Solo quedan algunas fotos de aquella gran pareja que solían ser.
Ambos saben que necesitan mantenerse unidos para averiguar qué les ha sucedido y por qué.
Sin embargo, cuanto más descubren de la pareja que eran… más se preguntan cómo podían estar juntos.
Sheila Hernández nos regala un relato honesto que refleja los problemas de una generación, en el que el bullying, la depresión, el miedo, el amor, las despedidas y las relaciones familiares están presentes. Nos muestra cómo ella y sus circunstancias le han ayudado a alcanzar su sueño de ser periodista, y a seguir luchando cada día. Nada ni nadie la hizo más fuerte.
Soy joven, no gilipollas es un ejemplo de cómo la resiliencia ante las adversidades nos hace a todos capaces de conseguir nuestras metas.
Flavia de Luce vive en una oscura mansió n y tiene una familia poco comú n: dos hermanas que la odian y un padre a quien le interesa má s la filatelia que lo que ocurra en su casa. Afortunadamente tiene dos aliados: su bicicleta Gladys y el laboratorio de quí mica en el que disfruta de su curiosa afició n por los venenos mientras planea la venganza contra sus hermanas. Cuando Flavia se encuentra un pá jaro muerto en la puerta de su casa y a un hombre a punto de morir, no dudará en meterse de lleno en la investigació n, demostrando que una niñ a de once añ os tambié n puede resolver misterios que otros desearí an enterrar.
Liya and Kai had been best friends since they were little kids, but all that changed when a humiliating incident sparked The Biggest Misunderstanding of All Time—and they haven’t spoken since.
Then Liya discovers her family's wishing lantern store is struggling, and she decides to resume a tradition she had with her beloved late grandmother: secretly fulfilling the wishes people write on the lanterns they send into the sky. It may boost sales and save the store, but she can't do it alone . . . and Kai is the only one who cares enough to help.
While working on their covert missions, Liya and Kai rekindle their friendship—and maybe more. But when their feuding families and changing futures threaten to tear them apart again, can they find a way to make their own wishes come true?
Desde que se trasladó al pueblo de Willow Creek para ayudar a su hermana tras un accidente, Emily sabía que tendría que asumir ciertas responsabilidades. Pero ¿quién podía imaginar que acabaría haciendo de voluntaria en la Feria Medieval del pueblo junto a su sobrina adolescente? ¿O que no podría dejar de pensar en el irritante y hermético profesor a cargo de los voluntarios?
Simon es el encargado de organizar la feria y, desde el principio, deja claro que no tiene tiempo para el despreocupado enfoque vital de Emily, para sus excéntricas teorías conspirativas sobre Shakespeare o sus interminables sugerencias para hacer cambios en el evento. Pero en cuanto empieza la fiesta y ambos lucen sus respectivos disfraces de época, Simon se transforma por completo. Ahora, el desquiciante profesor no duda en flirtear abiertamente con Emily. Pero ¿existe una atracción real o solo están actuando como los personajes a quienes representan?
Para Emily, el verano solo iba a suponer un pequeño paréntesis en su vida. Pero ahora, no puede evitar fantasear con Simon o con quedarse para siempre en Willow Creek.