Farleigh es solo un orfanato. Al menos eso es lo que quieren que todo el mundo crea. Pero las hermosas huérfanas Nox y Amaris saben que no es así: son mercancías en venta, a la espera de que las compre el mejor postor. Cuando un famoso burdel ofrece una fortuna por Amaris, Nox acaba ocupando su lugar, y Amaris huye a las montañas, hogar de misteriosos asesinos.
Nox y Amaris nunca olvidan una cosa: no se detendrán ante nada por volver a estar juntas. Pero la guerra se cierne sobre ellas, y las dos se verán envueltas en un conflicto entre lo feérico y lo humano, lo mágico y lo mundano.
¿Y si los fantasmas, los ángeles y los dioses fueran reales? Y si estuvieran aquí, entre nosotros, y tú fueras descendiente de uno de ellos, ¿lo creerías?
Quinn es guay, inteligente y popular. Matilda es la hija de la odiosa familia de al lado, le gustan demasiado las novelas de fantasía y, claramente..., no es su tipo.
Pero todo cambia cuando Quinn es perseguido por unas misteriosas criaturas de la noche, sufre un accidente y comienza a ver cosas que solo pueden verse en la oscuridad. ¿En quién confiar cuando tu mundo y todo lo que creías cierto parece resquebrajarse por momentos? ¿En la chica rarita que quizá no es tan rara y sí bastante más divertida de lo que creías?
Los dioses, incluida mi propia madre, solo han mentido sobre mí. Me trataron como una pieza más en sus siniestros planes. Inventaron que Hades me secuestró para convertirme en su esposa, cuando en realidad escapé. Y lo peor fue que, tras mi huida, el enojo de mi madre hizo que la tierra y los cultivos murieran, poniendo a los humanos en peligro. La verdad, mi verdad, va mucho más allá. Llegué al Inframundo escapando de un matrimonio arreglado. No iba a permitir que me casaran con Apolo, un dios que solo puede pensar en sí mismo. Ahora, lo único que necesito es que Hades, el odiosamente sexy y arrogante rey de este escabroso lugar, me ayude con mi plan. Uno que sacudirá al Monte Olimpo desde sus cimientos y tendrá consecuencias mortales, especialmente para quienes ya estamos en el infierno.