Cae la lluvia. La neblina va cerrándose sobre la ciudad. Una gota de lluvia temblorosa se aferra al viento para no caer. Luego de la lluvia todos los colores salen a vestir el cielo. Un fantástico poema-canción describe la formación y caída de la lluvia. Al margen notas y comentarios prenden, retan y sorprenden al pequeño lector.
Rebeca se enfrenta a un reto importante: batear un jonrón para que su equipo gane el trofeo en un torneo de béisbol con niñas de otros países, celebrando en Nueva York. Su padre y su madre la han entrenado muy bien y, confiada, ella siente el sudor corriéndole por la espalda mientras aprieta el bate con fuerza. En otros dos cuentos, Anita descubrirá qué hacer para no olvidar sus tareas diarias y José Rapidez, varado en una isla, aprende a obedecer y a no se tan imprudente.
Carlitos está deseoso de llegar a pasar el verano con sus abuelos cocolos. En el batey de San Pedro de Macorís podrá jugar pelota con sus amigos, salir a coger cangrejos con Papá Viejo y, lo que más le gusta, entrar a la cocina de Mamá Ñola, con sus ollas burbujeantes, sus ingredientes misteriosos y sus irresistibles sabores. Panecicos de yuca, chivo guisado, mondongo, arroz con lentejas, domplines, todo se prepara en su maravillosa cocina. Aunque el abuelo dice que cocinar es cosa de mujeres, Carlitos sueña con que algún día será un gran cocinero... ¿o será pelotero?