Tras pasar el verano en Nueva York, Jackie Howard regresa al rancho de los Walter. Se marchó porque necesitaba espacio, sobre todo después de ese beso de despedida con Cole. Y, aunque ha podido dejar de escribirle durante el verano, no ha conseguido parar de pensar en él.
De vuelta en el pueblo de Colorado, el plan de Jackie consiste en evitarlo, pero su primer encuentro cara a cara le deja claro que la atracción que siente por Cole es irresistible. Todo se complica: él es el chico que no puede sacarse de la cabeza, y los Walter se han convertido en la familia que quiere y necesita. ¿Cómo puede seguir adelante si eso significa elegir entre el amor y la familia?
Cuando alguien se burla de nuestro cuerpo, nos sentimos mal. Pensamos que no valemos, que no estamos bien siendo como somos. Esa sensación se nos queda dentro y es difícil de ignorar.
Tal vez porque en nuestro día a día nos rodean imágenes de cuerpos que parecen ser los únicos correctos. O porque sentir que hay algo mal en nuestro cuerpo nos lleva a pensar que nadie nos querrá, y eso da mucho miedo. Este libro es una invitación a cambiar la forma en la que nos miramos. Podemos aprender a hacerlo con cariño. Y mirarse con cariño es un superpoder.