¿Qué me dirías si te dijera que todos tus sueños son reales? ¿Qué todas las historias que has leído tienen algo de cierto? ¿Y qué me dirías si supieras que él existe?
LOS SUEÑOS
Todo era normal hasta que llegaron los sueños. De un mundo mágico, habitado por criaturas maravillosas y donde aparece él, Derek. Misterioso, atractivo y con quien comparte un vínculo que ni ella comprende. Pero, cuando los sueños empiezan a apoderarse de su vida, Alessa deberá tomar una decisión: quedarse y enfrentarse a la locura, o viajar a otro mundo y encontrar al chico que su alma anhela.
LA REALIDAD
Pero el nuevo mundo de Alessa no es cómo esperaba: hay maldad y corrupción. Y también está Derek, que no es el chico del que se enamoró en sueños. Es distante, cruel y líder del ejército de un reino injusto que segmenta a sus habitantes por especie, y en el que la humanidad de Alessa no tiene cabida.
LAS PRUEBAS
La única manera de quedarse será superar tres pruebas. Tres oportunidades para sobrevivir o para caer en el olvido. Tres oportunidades para enfrentarse a la injusticia de este nuevo mundo y sacar a la luz su verdadero poder.
Este día está siendo un auténtico FLIPE.
Primero, un señor misterioso con una mirada SUPERCHUNGA se ha presentado en MI NUEVO GIMNASIO para hacerme una oferta muy loca: si hago una prueba ESPECIAL en no sé qué sitio, me abrirá OTRO gimnasio donde yo quiera.
Luego, me he subido a un avión que me ha llevado a un lugar en mitad de la nada que da MUUUY MAL ROLLO.
Y ahora estoy intentando escapar de un... ¿¡EJÉRCITO DE ZOMBIS!?
BRO, ¿en qué lío me he metido?
Para salir sano y salvo de este sitio solo puedo hacer una cosa: ¡PARKOUR EXTREMO!
Todo el mundo quiere saber cómo lo hace Zoe. Su familia, ese chico tan mono con el que se cruza siempre en la pista de hielo y sus compañeros de clase. Quieren saber exactamente cuántos kilos marca la báscula y cuántas calorías consume al día, y si no le preocupa no despertarse a la mañana siguiente. Quieren saber por qué, pero no quieren oír la verdad, porque la verdad no es sensacionalista.
La verdad es que Zoe no se siente suficiente para su familia, ni para ese chico con el que se cruza siempre en la pista de hielo, ni para sus compañeros de clase. Ni siquiera se siente suficiente para la enfermedad.
La verdad es que Zoe se considera más monstruo que chica, sin llegar a ser un monstruo del todo.
La verdad es que nunca es todo o nada.
No hay una verdad absoluta, pero la paz existe, la tranquilidad existe, la recuperación existe.
Y si Zoe aprende a aceptar la ayuda de quienes quieren saber cómo, quienes quieren saber por qué, las terminará conociendo.