Las aguerridas princesas que fueron separadas al nacer regresan en el segundo libro de la saga de fantasía romántica superventas que comenzó con Coronas gemelas.
Mientras Rose planea una gira por el reino para mantener la paz, Wren se rebela: ¿cómo pueden dejar pasar un segundo más sin ir a rescatar a su abuela, a la que tienen como prisionera en Gevra?
Al llegar al norte, el rey Alarik le ofrece a Wren un mortal pacto mágico a cambio de la libertad de su abuela. Desesperada, Wren acepta. Pero su hechizo tiene consecuencias imprevistas…
¡Descubre el inicio de la saga que se va a convertir en serie de televisión en Disney+!
Maya es víctima de una maldición.Una profecía dice que cuando se case se desatarán la muerte y la destrucción, lo que ha provocado que en el reino de su padre la miren con rechazo y miedo.
Satisfecha con seguir una senda más centrada en logros académicos, su mundo se viene abajo cuando su padre, el rajá, pacta un matrimonio de conveniencia para apaciguar revueltas. Maya se convertirá en la reina de Akaran al casarse con un apuesto joven llamado Amar.
Pero Akaran tiene muchos secretos: puertas cerradas, jardines de cristal, un árbol que tiene recuerdos en lugar de fruta... Maya no tardará en descubrir que su vida corre peligro, y deberá resolver un antiguo enigma sobre almas reencarnadas si quiere salvarse.
«Coldtown era peligrosa, Tana lo sabía. Una glamurosa jaula, una prisión para los condenados y para cualquiera que quisiera salir de fiesta con ellos».
Tana vive en un mundo en el que existen ciudades amuralladas llamadas Coldtowns. En ellas, monstruos y humanos coexisten de un modo decadente en el que tan pronto eres depredador como presa. Y una vez cruzas sus puertas, jamás puedes salir.
Una mañana, tras una fiesta en apariencia bastante normal, Tana se despierta rodeada de cadáveres. Solo hay otros dos supervivientes de la masacre: su insoportablemente entrañable exnovio, infectado y al límite, y un misterioso chico que carga con un terrible secreto. Para salvar sus vidas, a Tana no le va a quedar más remedio que ir directa al opulento y cruel corazón de la mismísima Coldtown.