Había una vez, hace mucho tiempo, un niño tan pequeño que cabía cómodamente dentro de la corola de una flor. Bianca lo cuidó con cariño desde el día en que lo encontró, pequeño y solo, durante una fuerte nevada que había cubierto todo el pueblo de Bijankik. El niño, cuya piel y cabello eran del color de la leche, resistió la helada aferrándose a una campanilla de nieve, y lloró con fuerza. Así que la joven lo acogió como si fuera su propio hijo, abriéndole su casa y, sobre todo, su corazón. Un relato conmovedor dedicado a un amor que supera cualquier distancia.
A Alan le encantaban el deporte y las piruetas aéreas. Pero un buen día de 2018, la vida decidió ponerle un enorme obstáculo: una mala caída le produjo una lesión medular y las piernas dejaron de responderle.
Ahora es tetrapléjico. Y también un modelo de superación, de no rendirse, de darle a su vida una nueva perspectiva para continuar adelante, experiencias que cuenta en sus redes sociales.
En este libro, Alan nos demuestra que la vida es un alud imparable y que, a pesar de los obstáculos, puede seguir siendo él mismo.
En esta entrega, Enola Holmes se ve obligada a garantizar la seguridad de Lady Cecily, y también su libertad. El detestable Sir Eustace Alistair ha encerrado a su hija zurda en su dormitorio. Enola llevará a cabo una arriesgada pero exitosa maniobra de fuga a altas horas de la noche, y acogerá a Cecily en su propio alojamiento secreto. Sin embargo, alguien le pisa los talones: ¡Sherlock!
Así da comienzo una emocionante aventura. ¿Cómo podrá Enola proteger a Lady Cecily de su padre? ¿Y qué hará Lady Cecily, plantarle cara o regresar a su personalidad diestra y obediente?