A veces, volver para decir adiós es lo único que puede salvarnos.
¿Qué ocurre cuando lo único que te queda es un corazón roto, un futuro incierto y la vuelta a la casilla de salida?
Darcy abandonó Tofino un día de diciembre, cargada de sueños rotos y promesas sin cumplir. Desde entonces, no ha hecho otra cosa que huir de los recuerdos y sus heridas.
Ahora, sus pasos la han llevado de nuevo al principio.
A un lugar donde el amor y la culpa colisionan.
Donde la lluvia cuenta historias y esconde secretos.
Porque hay instantes que marcan toda una vida.
Porque, a veces, volver para decir adiós es lo único que puede salvarnos.
Una historia de humor donde los dramas y los fantasmas internos salen a pasear.
Cumplir sueños y lograr llegar a fin de mes, teniendo que lidiar con una conciencia que disfruta atormentando a su humana, no es fácil.
Esta peculiar pareja se enfrentará a los problemas habituales de los jóvenes en la actualidad, asumiendo que intentar vivir de lo que te gusta significa precariedad laboral o pluriempleo, que ser torpe es una condición con la que se nace y que, a pesar de todo, mantener el positivismo es una cualidad.
Empieza un nuevo año, eso significa crear una larga lista de objetivos que cumplir durante los próximos meses, pero parece que la vida está conspirando para que todo le salga mal, o quizás es ella misma quien se pone piedras en el camino.
Apúntate al programa Pen Friends, coge papel y lápiz y prepárate para que empiece la diversión.
Anna es una gamer que se acaba de mudar con su familia a otra ciudad y está castigada sin jugar. Ricardo es un aprendiz de herrero que se siente afortunado porque ayuda a que la espada definitiva, la que matará al dragón que asedia su aldea, este en buen estado.
Ambos se apuntan al programa Pen Friends y empiezan a cartearse. Anna pronto descubre que el universo de Ricardo le es familiar. Solo ha de fijarse en la pantalla de su ordenador...