Aunque sepas que debes dejar ir una relación, ¿cómo enfrentarse a todo lo que se te viene encima?
Cuando conocemos a alguien, no nos planteamos que esa relación pueda romperse algún día. Pero pasa, y aunque los finales sean algo normal y hasta necesario, pueden ser uno de los momentos de mayor vulnerabilidad de nuestra vida.
Sin embargo, si tenemos las herramientas para sobrellevarla, una ruptura también puede suponer un punto de inflexión vital que nos brinde la oportunidad de conocernos en profundidad y aprender a estar con nosotros mismos.
Vas a sanar. Vas a estar bien. Vas a reconstruirte y vas a florecer.
“Con las rupturas sucede algo que no pasa con todas las circunstancias vitales adversas, y es que siempre nos enseñan algo. Algunas nos enseñan aquello que no vamos a volver a permitir a nadie más, otras nos muestran cómo no queremos volver a comportarnos, lo que necesitamos en función de nuestra forma de ser o cómo lidiar con la soledad para no acabar saltando de relación en relación por miedo a la soltería.”
¿Cómo vas a llamar psicópata o narcisista a tu propia madre? ¿Al «amor de tu vida»? ¿A tu mejor amigo? ¿Cómo es posible que alguien que diga quererte te haga tanto daño?
Si tienes un vínculo con un psicópata narcisista, es normal que necesites entender su conducta y, al no conseguirlo, te preguntes: «¿Será mi culpa? ¿Lo estaré provocando yo? ¿Estoy volviéndome loca?». No.
NI ES TU CULPA, NI HAY NADA MALO EN TI.
Las personas de este perfil te manipularán para hacerte creer que tú eres el problema. Y, por mucho que lo intentes, no cambiarán. Entender lo que has vivido, ponerle nombre y alejarte es la única forma de empezar a sanar.
NECESITAS SALIR DE AHÍ Y RECUPERAR EL CONTROL DE TU VIDA.
«Desvivirte por comprender la conducta de alguien es una enorme bandera roja. Quien te quiera de forma sana no te tendrá leyendo un libro sobre depredadores emocionales y tratando de encontrar similitudes con él.»