Un hombre que criticó con ingenio las injusticias y vivió aventuras insólitas para su época.
Durante el primer tercio del siglo XX, pocos personajes disfrutaron del éxito y la popularidad de Luis de Oteyza (1883-1961). Reconocido escritor de viajes, novelista de aventuras, poeta, diputado y diplomático, el punto álgido de su fama lo debió a su particular manera de ejercer el periodismo. Así, contradiciendo el maniqueísmo informativo propio de las guerras, en agosto de 1922 se desplazó hasta Marruecos para entrevistar al principal enemigo de España: Abd el-Krim, el líder de la revuelta rifeña cuyas tropas habían humillado al ejército español en el conocido como Desastre de Annual.
Jean Tulard, que ha dedicado cerca de medio siglo a la investigación de la historia de Napoleón y de su época, ha sintetizado su labor en esta magistral biografía del Emperador, considerada ya como un clásico.
Combina dos enfoques. Por una parte, una narración ágil, clara y estimulante, pensada para el lector habitual de una biografía literaria. Pero cuenta además con unos complementos que la enriquecen con todo el caudal de la erudición; y por un apartado de “debates abiertos”, que los investigadores mantienen sobre algunos puntos de la vida y la actuación de Napoleón.
La biografía más completa y documentada de una de las figuras más importantes de la Historia.
«21 de enero de 1924. Lenin ha muerto. Un inmenso país, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, queda sumido en la consternación y el espanto. ¿Cómo vivir sin Lenin?
Un siglo más tarde el mundo se acuerda de él, pero ¿hasta qué punto? Su obra, la URSS, ya no existe, y el Partido Comunista, su otra creación, aunque sobrevive, está exangüe, carente de autoridad. Realmente, ¿qué queda de su figura?».
Así comienza la biografía de uno de los personajes clave de la historia contemporánea, Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, escrita por Hélène Carrère d’Encausse, la gran especialista en la historia rusa.
Pocas escritoras de finales del siglo XX y principios del XXI han sido más leídas, han aunado tantos premios, crítica y lectores y han suscitado tal admiración y amor como Almudena Grandes. Lectora voraz, Almudena escribió para que su generación lograra ser tan moderna como lo había sido la de sus abuelas durante la Segunda República. Empeñada en recuperar las huellas de un pasado oculto por la dictadura, investigó, descubrió y ficcionó los márgenes de un país olvidado, haciendo de la memoria el eje central de su obra literaria y convirtiéndose en una rastreadora de personajes y de historias. Pero Almudena no solo tenía el secreto de la literatura, sino que supo acertar con la vida para mantener siempre la alegría intacta. Estas páginas son un viaje por los años y las palabras de una mujer comprometida con su tiempo, pero, sobre todo, con los libros.
Como otras autoras de su generación, Aroa Moreno Durán creció leyendo a Almudena Grandes y tuvo la gran suerte de conocerla. En este libro reivindica su memoria y su obra y, junto con Ana Jarén, le rinde un emocionado homenaje.
En Francia la moderna literatura de viajes tiene un padre indiscutible: Pierre Loti. Un autor tan inusual y prolífico que ha contagiado la pasión por las cosas del mundo a más de una generación de escritores y viajeros, y no solo en Francia. Excesivo, barroco, amante de los disfraces y la heterodoxia, Álex Fraile sucumbió a la admiración por este personaje superlativo; a veces provocador, otras, extravagante o cínico, pero siempre rendido a los encantos de lo desconocido. Desde hace años Fraile ha ido visitando muchos de los lugares donde vivió el famoso marino y escritor francés, ya sea China, Japón, Turquía, Senegal, Camboya, Birmania o Madrid y Andalucía, donde pasó su luna de miel, sin olvidar el país vasco francés, donde murió.
Paco de Lucía no nació siendo una estrella. Vivió de joven a veces en las giras, una vida de aventurero. Aprovechó una reyerta en un restaurante en México para echar mano a dos helados con un amigo e irse sin pagar el almuerzo. Pisó muchos camerinos cutres con espejos rotos y olor a humedad, pero lo recordaba como una época de juventud y libertad. Desde ahí, en un abrir y cerrar de ojos, su nombre en la marquesina de un teatro de ópera en cualquier ciudad del mundo era garantía de colgar el "no hay billetes" dos meses antes de la actuación. Alonso Escacena explora la personalidad del guitarrista a través de cientos de anécdotas, al mismo tiempo que analiza las habilidades tanto humanas como técnicas que hicieron posible su ascenso a la categoría de figura mundial destacada. Paco atrae enormemente a las mujeres. Atrae a la gente, se mete en su piel. Esa expresión seria, los ojos cerrados, ese aire de misterio lo hace atractivo para los jóvenes. Tiene una inteligencia superlativa. Ha conocido la fama, pero lo irrita. La necesita, pero le ha robado la paz y la soledad. Puede tocar durante horas. Pero nunca dice: ¡Hoy he tocado bien! Disfruta de las pequeñas cosas. Busca la compañía de gente sencilla, de Bartolo, un perro sin raza ni pedigrí.