Un recorrido por los personajes femeninos de Jane Austen que, sin ahorrar defectos o debilidades, los contempla siempre desde el amor que merecen.
Si ha habido una novelista que haya amado a sus personajes, esa es Jane Austen. No les ahorra defectos ni debilidades, pero todo lo desvela desde el amor que todos ellos merecen. Sus personajes femeninos no son solo hermosas jóvenes casaderas, llenas de luz y de futuro, sino también madres entrometidas, vecinas chismosas, amigas fieles y amigas traidoras, muchachas atolondradas, institutrices, solteronas, aristócratas engreídas, etc. A través de sus confidencias, bailes, paseos o amoríos, muestran su interioridad con una hondura sorprendente.
Don Quijote de la Mancha es uno de los personajes más célebres de la historia de la literatura. Desde que se presentó por primera vez al público hace más de cuatrocientos años, ha cabalgado y protagonizado novelas profanas, ensayos, obras teatrales, películas y todo tipo de homenajes. Gracias a ello, sus aventuras y su locura se han convertido con el tiempo en símbolos del triunfo de la imaginación. Pero ¿y si no todo ello fuera imaginado?
Javier Escudero lleva más de veinte años dedicados a la investigación de la obra de Cervantes y a los documentos públicos y privados de su época. Gracias a ello, ha podido descubrir que hubo otros hidalgos de «lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor» y que incluso alguno de ellos se enfrentó a los molinos de viento. En este libro, nos adentramos en esa Mancha de la que no queremos acordarnos y que poco tiene de inventada para dar respuesta a la pregunta: ¿quién fue realmente don Quijote?
Dos años antes de su muerte, Harold Bloom inició una serie de cinco libros en los que realizaba un análisis literario, crítico y, ante todo humanista, de los personajes de Shakespeare. El primero se lo dedicó a Falstaff con quien Bloom se sentía especialmente identificado en su forma de amar la vida. «Si Hamlet es embajador de la muerte, Falstaff lo es de la vida», Bloom, quien interpretó al Caballero Gordo en los escenarios del British Art Center de Yale y, anteriormente, en Cambridge, Massachusetts, veía a Falstaff, y a sí mismo como uno de esos profesores sin colegas y con numerosos estudiantes. Influido por el personaje Shakesperiano, amó la vida, la gozó, y la enseñó. No quería discípulos académicos sino seres humanos capaces de leerse y cuestionarse.
¿Cuál es el significado de las librerías en el imaginario colectivo? ¿Cuál es su papel en la historia de las ideas y de las letras? En este brillante y ameno ensayo, Jorge Carrión crea una posible cronología del desarrollo de las librerías y de su representación artística. Cómo se transformaron en mitos culturales, en centros de tertulia o en atalayas de resistencia política. La Strand de Nueva York, las parisinas Shakespeare and Company y La Hune, la Librairie des Colonnes de Tánger, Bertrand y Ler Devagar en Lisboa, Stanfords en Londres, El Virrey en Lima, Lello en Oporto, La Central y Laie en Barcelona, la Librería de Ávila y Eterna Cadencia de Buenos Aires, Antonio Machado en Madrid, City Lights y Green Apple Books en San Francisco, las librerías del Fondo de Cultura Económica en Ciudad de México o Bogotá? Esas y muchísimas otras librerías supervivientes desfilan en estas páginas, junto con otras que fueron emblemáticas y luego desaparecieron, como la londinense Temple of the Muses, la Librería de los Escritores de Moscú, la R. Viñas & Co. de Barranquilla o la parisina Maison des Amis des Livres. Un mundo fascinante, pero también crepuscular, cuya topografía compartimos todos los amantes de los libros. Finalista 41.º Premio Anagrama de Ensayo.
Mediante las iniciativas personales de mujeres excéntricas, desafiantes, únicas, Londres ha sido y sigue siendo un lugar donde los libros tienen vida propia y sus libreras, una manera más libre de estar en el mundo. Este libro aborda la historia de más de una treintena de libreras y de sus establecimientos en el Londres de los últimos dos siglos. Recorremos la mítica Charing Cross Road, donde abrieron sus librerías las sufragistas y la apodada «reina roja de Charing Cross Road», Christina Foyle. Sin duda, la historia de Alida Klemantaski y la londinense The Poetry Bookshop nos recuerda que las librerías que hoy consideramos modernas ya contenían todas sus «originalidades» hace un siglo. De la mano de la filántropa Florence Boot (de la icónica droguería Boots), la fulgurante Nancy Mitford o la misteriosa E. Millicent Sowerby, conocemos algunas de las historias más interesantes del siglo xx hasta llegar a nuestros días, con las iniciativas de Ann Devers y Dee Creative. Pero además, sus capítulos —que pueden leerse sin necesidad de seguir un orden, aunque están concebidos de manera cronológica— son también una breve historia de los negocios de compraventa y edición de libros en la capital inglesa desde el punto de vista de las mujeres que han participado en él.
Los hechos aquí recogidos son una prueba de cómo una industria cultural ha logrado sobrevivir gracias a la permanente presencia de las mujeres y al apoyo entre ellas. En realidad, ofrecen la reescritura de una historia en la que no han visto reconocido —salvo honrosas excepciones— el lugar que les corresponde.
Hace poco tiempo, en la ciudad de Valdivia, Roger Chartier fue invitado a publicar uno de sus trabajos en la flamante editorial de la Universidad Austral de Chile. Su respuesta fue insólita: no quería escribir ni reeditar un libro al uso, quería materializar un volumen íntegramente «contado» desde su memoria, es decir, oralizar en forma de diálogo una nueva obra. Nada más ni nada menos que un diccionario sobre el libro y la lectura que abordara, para un amplio público, los principales hallazgos de sus investigaciones sobre la cultura escrita. Animados por esta inusual propuesta, dos antropólogos chilenos fueron capturando y modulando este «diccionario oral» a través de múltiples entradas y voces que el historiador iba proponiendo, ensayando y definiendo. El resultado es este excepcional lexicón, vocalizado bajo el signo del abecedario, y que compendia la vasta y lúcida obra de Roger Chartier.