El folklore gastronómico de la región Este de la República Dominicana está compuesto por una amplia gama de sabores particulares. Por ejemplo de Higúey nos llegan los dulces de leche y las naranja china así como de El Seibo el dulce de leche con melao y los dulces de Tula, de leche con coco, guayaba o cajuil y el mejor mabí de bejuco indio. Hato Mayor produce queso, yogurt y cacao, así como de Miches es el peje con coco acompañado de ñame. En La Romana es tradición saborear un buen bistec de caballo, la sopa de hojas de auyama y otros platos internacionales. La comida cocola de San Pedro de Macorís es influenciada por la cultura culinaria de las Antillas inglesas predominando el consumo de harina de trigo o maíz en lugar de arroz como alimento básico así como el consumo de pescado fresco o seco, lo mismo que la preferencia por determinados vegetales como el molondrón, la yautía (especialmente la yautía blanca pero también la yautía coco o pipiota).
Las vivencias se manifiestan en cápsulas de forma periódica, indicando que hubo momentos muy importantes o que son simplemente pensamientos muy lejanos,
En ocasiones tienden a abrumar, y a veces, afectan o contribuyen a cuestionar los sentimientos internos del alma.
Los eventos de vida siempre serán especiales, aun los difíciles o triviales, si se mantienen en el archivo interior del ser humano.
En el transcurrir del tiempo hay diferentes momentos, unos proporcionan dicha y felicidad al individuo. Otros no muy agradables, y hasta tiende a crear tristeza.
Hay personas que adquieren sabiduría de esos hechos. Otras pueden sentirse aplastadas, cerrándose en su círculo en el camino al andar. Al buscar en su otro yo se pueden encontrar acciones que posiblemente marcaron los primeros años de vida.
La historia resumida de nuestra frontera con Haití realmente llena un espacio importante en lo que es la historiografía en nuestra nación. Enfoca su autor un tema trascendente que debe ser conocido, no solo por el estudiantado de este país sino de todos los dominicanos, dada la importancia que significa para toda la nación, conocer los confines que definen su soberanía territorial.
Este Glosario del Proceso Contencioso-Administrativo que el lector tiene en sus manos, sin duda alguna, vendrá a convertirse en un instrumento clave para el litigio contencioso-administrativo y, en sentido general, para el entendimiento, desde la perspectiva de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia, de nuestro ordenamiento jurídico-administrativo,.
Nos ofrece Namphi Rodríguez un magnífico Glosario conceptual y jurisprudencial que permite al profesional del -y al estudiante deDerecho y al administrador de la cosa pública asomarse a úna selva jurisprudencial que ha sido durante mucho tiempo tierra incógnita incluso para los más avanzados exploradores naturales y artificiales. Se constituye así esta obra en úna carta de ruta, una guía para navegar en estos mares agitados de la jurisprudencia administrativa...
Este libro invita a caminar por las calles empedradas y plazas históricas de la primera gran urbe fundada por España en el Nuevo Mundo. A través de sus páginas, descubrirás relatos fascinantes, anécdotas sorprendentes, y leyendas que han dado forma a la identidad de esta ciudad primada.
Kin Sánchez Fernández nos invita a un recorrido donde los monumentos dejan de ser meros vestigios del pasado y se llenan de vida con las historias cotidianas de personajes extraordinarios, cuyas vidas les imprimieron su color y esencia. Desde antiguas plazas hasta estrechos callejones, este viaje nos revela los secretos ocultos en cada rincón de la Ciudad Colonial.
Encuentrar el Callejón de los Curas en la ruta Billini-Colón, apreciar la belleza de la Capilla de los Remedios en la ruta de Las Damas, localizar la casa fatídica en la ruta de San Francisco a Las Mercedes, oír el eco del trabucazo en la ruta de la Independencia, admirar el valor de los documentos expuestos en el Convento de los Dominicos en la ruta de Los Trinitarios, y para los más aventureros, entrar al Callejón de Bacafar en la ruta de Santa Bárbara.
En esos primeros pasos del día, la sentencia de la neurocirujana aparecía siempre como un borrón negro en su cabeza: «Poco a poco, perderás toda la movilidad en el cuerpo».
Joanca recordaba su pasado encerrado en su habitación: su infancia, sus amigos, República Dominicana y su maldita enfermedad que trataba de recortar su existencia.
Huía de su destino como podía, caminado por las calles, intentaba despistarlo. Sabía que no podía parar, si paraba el tiempo lo atraparía y lo dejaría sentado para siempre. Y así nació la idea de subir la montaña, a pesar de su condición, a pesar de todo. Sabía que era verdad, que no podía claudicar sin pelear, rendirse sin más.
Su amigo Joan Vila se encargó de regar su reto con disciplina y estímulo, convirtiéndose en su motivador personal, tirando al carajo todas las predicciones médicas.
En ocasiones, hay amistades inquebrantables como el acero, que no se dejan amedrentar por nada.
Este libro constituye una lectura apasionante e instructiva, a la vez que nos presenta un testimonio conmovedor, debido a la manera profunda y personal, en que el autor describe la maravilla que fue la isla de Cuba desde el inicio de su historia.
En él encontrarán los interesados un estudio exhaustivo de la materia expuesta, que lo convierte, definitivamente, en obligado material de estudio sobre el importante tema de la música popular comercial en Cuba.
En un pueblo imaginario llamado Montebelleza ocurren cuatro historias con una conexión sutil. Un barbero deprimido que se aferra a un pasado rígido; una actriz y titiritera atrapada en las dudas de su inminente partida a otro país; Una madre que recuerda a su “Coquito”, un narcotraficante con muchos dolientes y pocos amigos; un hombre de setenta años que se niega a aceptar su vejez. Estos personajes y hechos son los motores de un imaginario narrativo impregnado de melancolía, onirismo e intriga, donde lo cotidiano se torna asombroso para evocar la compleja existencia del ser humano.
Esta tierra que recibió poetas y escritores como parte del proceso colonizador y además encontró espacios para la poesía oral en las culturas aborígenes y africanas, brindó un soporte inicial a lo que es hoy la República Dominicana. Por lo que se puede decir que los vientos poéticos han surcado estas tierras desde siempre.
Pero en rigor literario, la poesía dominicana nace después de la independencia con la presencia formal de escritores como José Joaquín Pérez, Salomé Ureña y Gastón Fernando Deligne, para mencionar a quienes, en el siglo xix junto a otros, crearon los cimientos líricos en que se sustenta nuestra poesía.
El siglo xx reafirmará este género con mayor fuerza, continuidad y madurez dentro de los géneros literarios que occidente acepta como tales.
El vedrinismo y el postumismo buscarán, cada uno desde su óptica, caminos en que sustentar la estructura textual que se presenta como innovadora y de ruptura. Los sorprendidos reaccionarán contra el nacionalismo literario postumista haciendo un llamado a juntar nuestra poesía con el hombre universal. Al mismo tiempo, varios poetas independientes completaron el momento más alto de nuestra historia literaria. Cada uno fortaleciendo senderos individuales hacia la excelencia.