Además de ser un famoso deportista de pruebas de resistencia extrema, el ultramán Josef Ajram es también trader de éxito, que ha desarrollado su propio estilo y filosofía. Este libro recoge la teoría básica sobre el funcionamiento de la bolsa, explicada de forma comprensible para cualquier persona. A partir de ejemplos claros y experiencias personales, Josef Ajram describe las técnicas que utiliza en su trabajo diario. Ejemplos de éxito, pero también grandes errores, ilustran y amenizan este apasionante y revelador manual.
Los economistas se han sentido atraídos desde hace mucho tiempo por la ambiciosa búsqueda de las leyes generales del capitalismo. David Ricardo, por ejemplo, predijo que la acumulación de capital conduciría al estancamiento económico y la desigualdad, a medida que una proporción cada vez mayor de la renta nacional acabase en manos de los terratenientes; Karl Marx siguió sus pasos al pronosticar la inevitable depauperación del proletariado, y Thomas Piketty, en El capital en el siglo XXI, emula a Marx en el título, el estilo expositivo y la crítica del sistema capitalista, proponiendo una audaz teoría de la desigualdad aplicable a todas las economías capitalistas.
La teoría monetaria de la Escuela Austriaca se remonta a la obra pionera de Ludwig von Mises de 1912, La teoría del dinero y de los medios fiduciarios. En su libro Una crítica a la teoría monetaria de Mises, publicado en Unión Editorial, Juan Ramón Rallo encontró, a su modo de ver, errores en la teoría del dinero de Mises. En su crítica, también introdujo sus particulares puntos de vista sobre la teoría del dinero centrada en la denominada «teoría de la liquidez«, la banca con reserva fraccionaria y la vieja doctrina de las letras reales («Real Bills»). El presente ensayo, contesta punto por punto a Rallo. Defendiendo la teoría monetaria austriaca frente a la muy confusa de Rallo pone en evidencia que los supuestos errores de Mises no son tales y se deben a malas interpretaciones, a la vez que critica con detalle toda la teoría del dinero de Rallo, poniendo al descubierto y evidenciando sus principales errores.
Las respuestas a varias preguntas de la actual coyuntura económica
Solemos dar por sentado que las grandes decisiones económicas y financieras se toman desde el análisis y la observación de los datos micro y macroeconómicos.
No obstante, lo cierto es que, más a menudo de lo que creemos, son factores psicológicos e irracionales, en forma de intuición, miedo, desconfianza, fe... los que están detrás de los comportamientos de economistas, financieros, políticos o inversores.
Vicepresidente del Senado uruguayo, político de renombre, abogado y pensador, Ignacio de Posadas ofrece en Al rescate de un liberalismo perdido una mirada crítica a la historia del liberalismo, concluyendo en una personalísima comprensión de la filosofía de la libertad.
Para recuperar el liberalismo, Ignacio de Posadas nos pide que nos anclemos en la persona humana. La concepción de la persona humana tiene una larga tradición. Por eso nos dice: «Volvamos a mirar el pensamiento liberal a partir de sus orígenes aristotélicos, estoicos y tomistas, para ver si con esas herramientas podemos reconstruir un sistema que sea racional, coherente, antropológicamente apto y aceptable.
Por esos carriles discurrió el liberalismo clásico, de corte anglosajón: creyendo en la existencia de un orden natural y en la ubicación del ser humano, en ese orden. Optimista en cuanto al valor de la libertad como motor esencial del desarrollo humano, prudente al reconocer sus debilidades y limitaciones.
Su herramienta fue la razón, sobre todo la razón práctica, investigando, descubriendo. No la voluntad iluminada, creadora. Occidente ha derivado lejos de esos orígenes, al punto de perderlos de vista. El libro busca traerlos de nuevo a la atención de la gente.
¿Por qué algunas partes del mundo son tan ricas y otras tan pobres? ¿Por qué la Revolución Industrial se produjo en el siglo XVIII en Inglaterra, y no en otro momento, o en algún otro lugar? En esta obra Gregory Clark aborda estas y otras decisivas cuestiones, y sugiere que la cultura -y no la explotación, la geografía o los recursos- explica la riqueza y la pobreza de las naciones. En contra de la teoría dominante de que la Revolución Industrial fue provocada por el repentino desarrollo de instituciones políticas, legales y económicas estables en la Europa del siglo XVI, Clark sostiene que estas instituciones existían con anterioridad, y llevaron gradualmente a los cambios culturales profundos que incentivaron a la gente a abandonar los instintos de cazadores-recolectores -violencia, impaciencia, economía de esfuerzo y a adoptar hábitos económicos -trabajo duro, racionalidad y educación.