Los Diálogos de Platón, son un inagotable homenaje a la figura de su maestro Sócrates, son muchos los rasgos del estado ideal platónico que no hacen nada más que dar forma concreta a postulados socráticos; buscan el equilibrio entre las clases, donde cada una se caracteriza por una misión específica poseedora además de su propio sistema de educación y sus virtudes. En los tres diálogos que presentamos en este libro se puede apreciar la dialéctica como método de división, concepto este que sostuvo Platón, como búsqueda colectiva de la verdad entre dos o varios contertulios siguiendo el procedimiento de su maestro de la pregunta y la respuesta.
La Crítica de la razón pura apareció en mayo de 1781, tras un periodo de maduración de doce años, con una segunda edición revisada y corregida por el autor en 1787. Representa la investigación que Kant somete a la razón humana.
Con esta obra, Kant desató una verdadera revolución. El libro dio origen a la filosofía trascendental y provocó un gran impacto en sus contemporáneos. Kant analiza las bases de nuestra capacidad de pensar y llega a la conclusión de que es limitada. Explica que la razón humana no puede responder preguntas como las de la existencia de Dios, o del alma, o el origen del mundo. Algunos años después de su fallecimiento, en 1827, la Iglesia católica incluyó su Crítica de la razón pura en el Índice de Libros Prohibidos, cuya lectura suponía la excomunión.
IMMANUEL KANT nació en 1724 en Kónigsberg, en la antigua Prusia (hoy Kaliningrado, Rusia). Kant recibió una educación estricta y dogmática que favorecía la enseñanza del Latín y la Religión. En 1749 publicó su primera obra filosófica, en alemán, ya no en latín como era la costumbre obligada por entonces. A la edad de cuarenta y seis años, Kant era un erudito conocido y un filósofo cada vez más influyente. Murió la noche del domingo 12 de febrero de 1804 en su ciudad. Su entierro fue un acontecimiento al que asistieron muchísimas personas de todas las clases sociales.
La República es la obra más conocida de Platón y es uno de los diálogos más importantes en donde expresa su concepción del arte, lo político, la sociedad, la justicia, la inmortalidad, la virtud, el bien y el mal. Se trata de un diálogo entre Sócrates y otros personajes. El propósito de Platón es el estudio de lo justo y de lo injusto, y la demostración de la necesidad moral, tanto para el Estado como para el individuo, de regir toda su conducta según la justicia; esto es, según la virtud, o precisamente más, según la idea del bien, principio de buen orden para las sociedades y para las almas. La obra está compuesta por diez libros.
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico que describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración.
¿Qué queda de una persona cuando escribe «mi cabeza es mi enemiga»?
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico o el recuento de la vida de un ex: ex adicto al trabajo, ex pareja y ex miembro del Club de los Mentalmente Sanos. Los brotes negros, que podría titularse asimismo Los buenos lagrimales, describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración: las fases de desesperanza, los episodios de ira, las ideaciones suicidas.
Algo más o algo menos que un individuo, lo que en sus líneas se dibuja es un sujeto experimental –«veamos si esta otra píldora hace efecto»– cuyos biorritmos, alterados hasta el colapso, somatizan la velocidad exaltada de la producción, la profesión y el capital.
En línea con la tradición de Susan Sontag y Elaine Scarry, Maggie Nelson se ha convertido en una de las principales críticas culturales con este ensayo sobre las representaciones de la crueldad y la violencia en el arte. Desde la poesía de Sylvia Plath hasta las pinturas de Francis Bacon, desde la franquicia de Saw hasta las performances de Yoko Ono o Marina Abramovic, desde el teatro de Antonin Artaud hasta las instalaciones de Santiago Sierra o Ana Mendieta, el sutil recorrido de Nelson a través del paisaje artístico ofrece un modelo de cómo unas férreas convicciones éticas se pueden conjugar con una defensa igualmente vigorosa del arte que pone a prueba los límites del «buen gusto», el tabú y lo tolerable.