para conseguir fines que ella no ha dictado, provenientes de instancias de otra naturaleza? ¿O bien puede proponer por su parte a la voluntad del hombre, enteramente franca de ajenos intereses, objetivos de índole originalmente racional?.
Para responder, Kant escribió esta 'Crítica de la razón práctica' a finales del siglo XVIII, donde examina el uso práctico de la razón humana.
Junto al uso servil, empírico y meramente instrumental de la razón práctica, Kant descubre, de forma analítica, el uso puro e incondicionado, al que considera como el propiamente moral. Del primero proceden las recomendaciones que pretenden hacer al hombre feliz; del segundo, las exigencias que podrían hacer al hombre bueno. Uno y otro vienen a converger en el viejo ideal del bien supremo, cuya presunta imposibilidad discute Kant en la parte dialéctica de la obra.
Diálogo que relata las últimas horas de la vida de Sócrates, viniendo a ser el eslabón entre la "Apología" y el "Fedón" (ambos publicados en esta colección), el "Critón", si bien es uno de los diálogos platónicos más breves, es también un pequeño diamante literario y filosófico que refleja la grandeza ética del personaje, contribuyendo a fortalecer su leyenda. De naturaleza muy distinta es "El político", diálogo que gira en torno a quién debe ser el gobernante de la polis, que contiene aspectos esenciales del método y el pensamiento platónicos y resulta un modelo acabado de lo que según Platón debía ser el método para obtener la verdad a través de la argumentación filosófica.
Los aforismos incluidos en estos Cuadernos redactados en París, y decantados durante los años en que José María Ridao ha residido en Nueva Delhi, despliegan una visión del mundo marcada por la ironía, a medio camino entre las evidencias racionales que desmienten creencias forjadas por la tradición y una intuición casi poética que revela nuevas y sorprendentes dimensiones de la realidad. Las ideas más comunes acerca de la filosofía, la historia, la libertad, el arte, la literatura, el periodismo o la política son revisitadas en una obra que, pese al carácter fragmentario que exige el género, mantiene un ritmo constante y una sugerente unidad de fondo.
Desde muy joven, Blondel recogía notas personales a modo de diario. Muchas de ellas se perdieron, siendo la primera que se conserva de 1881, cuando apenas contaba 19 años. Valor especial tienen los cuadernos que escribió desde el 24 de noviembre de 1883 hasta el 6 de noviembre de 1894, con 33 años recién cumplidos.
En estos cuadernos íntimos se levanta acta de una sociedad con la que el joven Blondel desea dialogar para superar malentendidos y buscar la verdad compartida. Pero sobre todo el lector va a conocer de primera mano una vida haciéndose, donde las circunstancias y los sentimientos personales, las creencias y las lecturas, las certezas filosóficas, los interrogantes y los hallazgos reflejan la complejidad de su personalidad y descubren las bases donde se asienta La acción (1893), obra que revolucionó el panorama de la filosofía francesa e influyó en la occidental a lo largo del siglo XX.
Nada tan prodigioso como asistir al nacimiento de un intento coherente de comprender el mundo, preguntarse por la propia existencia y relacionarse con Dios. Porque no otra cosa son estas páginas, donde la brillantez del intelectual se encarna en mil detalles que conforman una vida. De hecho, ninguna teoría que se precie puede desligarse de su creador sin quitarle, hasta vulgarizarla, ese hálito de vida que la hace única, palpitante y fecunda para las futuras generaciones de lectores.
En este libro, Adriana Cavarero emprende una fascinante exploración filosófica sobre la relación entre identidad, narración y deseo. Partiendo de la premisa de que cada ser humano es único e irrepetible, argumenta que nuestra identidad se constituye a través de las historias que otros cuentan sobre nosotros. A lo largo de cuatro partes, entrelaza reflexiones sobre figuras clásicas como Edipo y Ulises con análisis de pensadoras contemporáneas como Hannah Arendt y Karen Blixen. Con este innovador enfoque, la autora no solo reinterpreta textos filosóficos y literarios fundamentales, sino que también arroja nueva luz sobre prácticas cotidianas como la amistad y el amor, y muestra cómo el deseo de narración es una característica fundamental de la existencia humana. Una obra a la vez profunda y accesible, que invita a reconsiderar la comprensión de la identidad y la importancia de las historias en nuestras vidas. Una lectura esencial para estudiosos de la filosofía, la literatura y los estudios de género, así como para cualquier persona interesada en explorar las complejidades de la existencia humana y de la narración.
El sexo ¿es una noción indeleble de la biología o es una construcción performativa? En Cuerpos que importan, Judith Butler continúa la reflexión iniciada en El género en disputa sobre el carácter performativo de la sexualidad y del género, y reconsidera sus propios aportes a la teoría crítica y feminista durante la última década.
En esta ocasión, Butler sostiene que las teorías de género deben volver a la dimensión más material del sexo y la sexualidad: el cuerpo. Demuestra cómo el poder —indisociable de ciertas categorías discursivas y de las diferencias sexuales— restringe el sexo desde el principio, inevitablemente delimitando a su vez su materialidad.
A través de la lectura de textos de Platón, Freud, Lacan, Foucault, Žižek e Irigaray, la autora examina y debate sobre las maneras en las que opera la hegemonía heterosexual para moderar cuestiones sexuales y políticas. De este modo examina la categoría de identidad y sus alcances políticos, y se coloca en el centro de los debates de la teoría feminista y de las políticas queer.