Dentro de la vasta producción aristotélica, la Retórica es uno de sus dos grandes tratados sobre el arte. En concreto, el texto analiza esta disciplina lingüística siguiendo el método lógico y la erige en instrumento fundamental de la filosofía práctica, en tanto que necesaria para la persuasión. Con ello, Aristóteles presenta una completa arquitectura para la retórica, que se convierte en un estudio sobre el lenguaje que va más allá del examen de conceptos, y ofrece un campo de reflexión con enormes consecuencias para la vida humana.
«El rasgo fundamental del espectáculo moderno es la puesta en escena de su propia ruina». Así se expresaba Guy Debord en 1959. Lo que desde entonces parece claro es que –aunque las ruinas siempre ocupasen un lugar en la reflexión teórica y en la sensibilidad artística– el devenir histórico cercano ha abocado a la humanidad y a la vida en la Tierra hacia ese horizonte extraño. Siguiendo esta intuición, en este libro se estudia la presencia de las ruinas y los descampados en el arte, la arquitectura y el pensamiento europeos contemporáneos. Y, si se logra mostrar algo, eso es que las ruinas ocupan un lugar central, tanto en las denuncias más o menos veladas a los modelos socio-económicos heredados, como en las propuestas regeneradoras más recientes sobre el paisaje.
¿Cuál es la fuente de los saberes humanos? ¿Podemos vivir sin certezas?
¿Con qué criterios podemos aceptar que lo que conocemos sea verdadero o falso?
¿Sirve el escepticismo para lograr una vida mejor?
En las últimas décadas, para alcanzar la verdad o la tranquilidad interior, se han reivindicado casi todas las escuelas de la sabiduría antigua: desde los estoicos a los cínicos, desde los epicúreos a Platón y Aristóteles, pasando por los taoístas chinos, los budistas del zen japonés o el yoga indio. En esta recuperación constante de los clásicos tan solo parece faltar la escuela escéptica.
Hoy en día tendemos a asociar escepticismo con incredulidad ordinaria. Sin embargo, el escepticismo no implica una negación absoluta, sino más bien todo lo contrario, es decir la puesta en cuestión de dogmas, tópicos y prejuicios. El escepticismo filosófico deriva de la palabra skepsis que significa «investigar», no conformarse con una respuesta dogmática. Pensar con sentido implica dudar, cuestionar las aparentes certezas. Es por ello que el escepticismo ha sido una de las más potentes tradiciones de la historia de la filosofía y de la ciencia, que sigue vigente y merece ser reivindicada si queremos comprender aspectos fundamentales de nuestra mente y de lo que nos rodea.
Una obra de singular importancia que reconstruye el pensamiento de los escépticos grecolatinos, dirigida por igual a iniciados y profanos.
Daniel Tubau nos propone pasear de la mano de los escépticos para llegar al conocimiento admitiendo nuestra ignorancia. Además, nos revela que a través de la duda podemos encontrar un camino hacia la felicidad.
Catherine François trae a escena a unos héroes culturales casi desconocidos en Occidente, cuyas vidas constituyen fragmentos relevantes de la historia de China y un verdadero ejemplo de sabiduría.
La sensibilidad no es un fenómeno nuevo; ocupa en la historia de nuestra sociedad un papel importante como motor del progreso civilizador. La urbanización y la tecnificación hacen al ser humano más sensible, porque al ampliarse el acceso a los derechos se agudiza también la percepción de las injusticias y de las vulneraciones que estas causan. Sin embargo, las posiciones al respecto se vuelven cada vez más rígidas: liberales e igualitarios, gente de derechas y de izquierdas, viejos y jóvenes, se enfrentan y propician una erosión creciente de la cultura democrática del discurso.
Cuestiones como Me Too o Black Lives Matter, el lenguaje inclusivo, la libertad de expresión, el reconocimiento de colectivos marginados o la afectación de quienes temen perder sus privilegios, entre otros, ponen en evidencia uno de los grandes interrogantes que atenazan la discusión pública actual: ¿cuál es el límite de lo tolerable?
En este irreverente ensayo, Svenja Flasspöhler invita a pensar en profundidad la paulatina sensibilización para advertir así las tendencias progresivas y regresivas que suscita, y se plantea si es el individuo quien debe hacerse más resistente o, por el contrario, si es el mundo que lo rodea el que tiene que cambiar.
William Mulligan, fundador de The Everyday Stoic, convierte los principios milenarios del estoicismo en una guía práctica y contemporánea para superar los retos actuales y cultivar la calma interior. Inspirado en la sabiduría de grandes filósofos como Marco Aurelio y Séneca, este libro no solo ofrece una puerta de entrada al rico legado del estoicismo, sino también una oportunidad para que seas parte de una inquebrantable comunidad que busca vivir de acuerdo con esta filosofía atemporal.
En Ser un estoico, descubrirás cómo:
Confrontar la imprevisibilidad de la vida con resiliencia, mediante consejos prácticos y acciones concretas.
Comprender que nuestros pensamientos crean la realidad, permitiéndote no solo enfrentar adversidades, sino prosperar a pesar de ellas.
Mejorar tu salud mental aplicando los principios estoicos para transformar tu actitud ante los desafíos y obstáculos.
Con un estilo claro y accesible, esta guía transformadora canaliza las enseñanzas de la antigua Grecia y Roma para ayudarte a encontrar paz, fortaleza y equilibrio, sin importar lo que la vida moderna te depare.