Berlín, 1945. El Oficial de Control de Narcóticos Arthur J. Giuliani llega del sector estadounidense de la ciudad con la tarea de restablecer el orden en las calles de la antigua capital del Reich. Por todas partes son aún visibles las heridas abiertas por las bombas británicas, americanas y rusas, y en este paisaje desolador cada vez más gente recurre al uso de sustancias psicoactivas. Si hasta hace poco habían sido los estimulantes y los sedantes los que habían enfrentado a la sociedad con el problema de su regulación, en 1943 apareció en escena un nuevo tipo de droga, los alucinógenos, cuando el joven químico Albert Hofmann descubrió accidentalmente el LSD en los laboratorios de Sandoz en Basilea.
Cinco años más tarde, el Dr. Henry Beecher, profesor de Harvard, empezó a trabajar con el gobierno estadounidense para investigar el uso que los nazis hacían primero de la mescalina y luego del LSD como "suero de la verdad". Esta investigación allanó el camino a la mayor operación de inteligencia estadounidense para estudiar técnicas de control mental: MKULTRA, el infame programa de experimentos llevado a cabo por la CIA en los años 50 y 60, que utilizó LSD y métodos de tortura y manipulación mental para extraer confesiones. MKULTRA, que se creó con el objetivo de aniquilar a los enemigos comunistas de Estados Unidos y luego para imponer la manipulación masiva de la conciencia a toda una generación de estadounidenses, acabaría configurando la política antidroga estadounidense durante más de medio siglo.
¿Es posible hablar de pensamiento misógino en la sociedad actual? ¿Qué huellas ha dejado la misoginia explícita en tantas obras y autores clásicos? Un recorrido peculiar por los juicios y las descalificaciones que ha merecido la mujer, por el mero hecho de serlo, a lo largo de los siglos. De la Baja Edad Media al presente más inmediato, y desde los grandes misóginos medievales ?don Juan Manuel, Jaume Roig, Francesc Eiximenis, el Arcipreste de Talavera? hasta la actualidad, pasando por Quevedo, Gracián, Leandro Fernández de Moratín y Cela, entre otros, por primera vez se propone un itinerario contra femina ilustrado con citas de las letras hispánicas, algunas de ellas firmadas por mujeres.
Hay más historia en un plato de pasta que en el Coliseo». Así, a partir del menú de un clásico restaurante de la capital italiana, Andreas Viestad nos adentra en un fascinante ejercicio de arqueología culinaria, un entretenido y sabroso viaje a través de la mesa y del tiempo, una exploración que va desde la Ciudad Eterna hasta el mundo globalizado.
Desde el pan de los entrantes que le sirve para rastrear los orígenes del trigo y su papel en el ascenso y la caída de Roma, pasando por el aceite, la sal, la pimienta, la carne o el vino, hasta el sorbete de limón del postre que explica cómo el hambre de azúcar incentivó el comercio de esclavos en el mundo antiguo, la cena de Viestad no puede ser más romana. Su relato, en cambio, resulta absolutamente universal.
¿Causó el Tratado de Versalles la Segunda Guerra Mundial? El pacto que terminó con la Gran Guerra entre el imperio alemán y los aliados siempre ha sido considerado como una de las causas claves de la Segunda Guerra Mundial. Las condiciones impuestas a Alemania para reparar los daños y los costes económicos causados paralizaron la economía del país, desestabilizaron su vida política y allanaron el camino a Hitler. En este libro, Jürgen Tampke cuestiona esta opinión común, sugiriendo que Alemania se escabulló de sus responsabilidades, que el tratado estaba lejos de ser tan dañino como la gente piensa y que la hiperinflación alemana de la década de 1920 fue una política puesta en marcha de forma deliberada para minimizar el coste de la deuda. Este texto controvertido y riguroso revisa una de las grandes cuestiones del siglo XX.
Un relato ácido, divertido, personal y poco ortodoxo de Arturo Pérez-Reverte sobre la historia de España.
A lo largo de los 91 capítulos más el epílogo de los que consta el libro, Arturo Pérez-Reverte narra los principales acontecimientos ocurridos desde los orígenes de nuestra historia y hasta el final de la Transición con una mirada subjetiva, construida con las dosis exactas de lecturas, experiencia y sentido común. «La misma mirada con que escribo novelas y artículos -dice el autor-; no la elegí yo, sino que es resultadode todas esas cosas: la visión, ácida más a menudo que dulce, de quien, como dice un personaje de una de mis novelas, sabe que ser lúcido en España aparejó siempre mucha amargura, mucha soledad y mucha desesperanza.»
A lo largo de los 91 capítulos más el epílogo de los que consta el libro, Arturo Pérez-Reverte narra los principales acontecimientos ocurridos desde los orígenes de nuestra historia y hasta el final de la Transición con una mirada subjetiva, construida con las dosis exactas de lecturas, experiencia y sentido común. «La misma mirada con que escribo novelas y artículos -dice el autor-; no la elegí yo, sino que es resultado de todas esas cosas: la visión, ácida más a menudo que dulce, de quien, como dice un personaje de una de mis novelas, sabe que ser lúcido en España aparejó siempre mucha amargura, mucha soledad y mucha desesperanza.»