Desde el Gran Juego entre los imperios ruso y británico hasta nuestros días
Afganistán es un país envuelto en una maraña de estereotipos y prejuicios que lo hacen único entre el resto de naciones. Este libro explora el complejo proceso de formación del Estado a finales del siglo XIX, utilizando tango fuentes de locales como inglesas, con una profunda mirada a las narraciones históricas y expediciones científicas de la época.
Desde los escritos de historiadores afganos Faiz Katib y Mohamed Shah hasta las vastas recopilaciones de James Mill o las memorias de expediciones como la de Monstuart Elphinstone, estas páginas ofrecen una visión integral del desarrollo político y militar del país. Las biografías de figuras clave como el emir Abdur Rahman Khan, así como las memorias de militares y mujeres como Lady Sale, proporcionan una comprensión detallada de los eventos que moldearon la nación.
La obra también destaca la influencia del poder británico y ruso en la configuración de Afganistán como «estado tapón», y cómo el emir Abdur Rahman Khan consolidó su poder mediante un régimen de represión y terror, apoyado en una red de espionaje y tortura, con la ayuda de modernas fábricas de armas británicas y dependiente de la financiación británica debido a su incapacidad para generar ingresos internos.
Finalmente, se analizan los intentos fallidos de modernización de Afganistán bajo distintos regímenes, todos impulsados desde el exterior, y cómo los elementos estructurales y la influencia de la religión islámica siguen presentes en la sociedad afgana actual. Es una lectura esencial para comprender las raíces y los desafíos actuales de un país cuya historia es tan compleja como su geografía
A menudo África ha sido descrita de forma simplista como una tierra uniforme de hambrunas y safaris, pobreza y luchas, despojada de todo matiz. En este libro audaz y perspicaz, Dipo Faloyin ofrece un correctivo muy necesario, tejiendo un vibrante tapiz de historias que dan vida a la rica diversidad, comunidades e historias de África. Comenzando con una descripción envolvente de la animada y compleja vida urbana de Lagos, Faloyin desentierra verdades sorprendentes sobre la herencia colonial de muchos países africanos y cuenta la historia de las luchas del continente con la democracia a través de siete dictaduras. Con mordacidad, aborda el fenómeno del complejo del salvador blanco y saca a la luz los daños causados por las campañas benéficas de las últimas décadas, revisando hitos culturales como la película KONY 2012.
En 1932, la música, como las demás disciplinas artísticas, fue reducida a una única doctrina: la del realismo socialista. La finalidad del arte era servir al Estado. Los músicos tuvieron que someterse a la línea ideológica del partido. Algunos la sortearon como pudieron; otros, sin embargo, no se doblegaron, y sus obras fueron prohibidas, sus conciertos cancelados y ellos relegados al olvido. Eso sucedía en el mejor de los casos, porque en el peor se los destinaba a campos de trabajo en Siberia o simplemente eran ejecutados. Músicos de la altura de Dmitri Shostakóvich y Serguéi Prokófiev e intérpretes de fama internacional como Mstislav Rostropóvich, Sviatoslav Richter, David Oistrakh, Leonid Kogan y Mariya Yúdina fueron capaces de crear melodías sublimes en las circunstancias más hostiles y oscuras. Pero esa política represora no sólo se circunscribió a la música clásica. La Asociación Rusa de Músicos Proletarios (RAPM) se ocupó también de la música ligera. Era conocida la afición de Stalin por ese tipo de música, así que, en consecuencia, la represión fue menor que en la música y la literatura clásicas. Pero, con todo y con eso, los intérpretes no podían bajar la guardia.
Alfonso X el Sabio es una de las figuras más importante de la historia de España. Legislador, historiador, poeta y conquistador, aunó en sí las cualidades más importantes para convertirse en el primer gran rey.
Desde las campañas de reconquista hasta la fundación de la Escuela de Traductores de Toledo, pasando por su intensa labor diplomática para convertirse en emperador del Sacro Imperio, esta obra, concisa pero completa, ofrece al lector una visión global de la vida política, cultural y militar de Alfonso X durante sus más de treinta años de reinado.
Un recorrido tan complejo como apasionante que no solo se centra en sus grandes gestas bélicas y su profusa vida intelectual, sino que también lo hace en su legado artístico e iconográfico a través del tiempo para, de este modo, plasmar la trascendencia del personaje en el VIII centenario de su nacimiento.
¿Por qué, poco después de la Revolución Francesa, unos jóvenes pintores deciden usar togas griegas y más tarde se retiran a un monasterio ruinoso? ¿Qué hace que unos artistas prusianos casi adolescentes se dejen crecer el cabello, lleven largas túnicas e intenten vivir como monjes medievales? ¿O que otros jóvenes creadores en Inglaterra funden una llamada "Hermandad Prerrafaelita"? ¿Y que un grupo de amigas se unan como Hermanas en el Arte o "Sisters in Art"? ¿Por qué William Morris quiere convertirse en una suerte de artesano y termina siendo un pionero del socialismo? ¿Cómo se unen en un proyecto artístico colectivo la espiritualidad, la amistad, el género, el deseo sexual y las ideas políticas? ¿De qué modos puede el arte cambiar la vida de los que lo practican, más allá de constituir una ocupación? ¿Es ese el sentido de los colectivos de creadores? "Amigos, disfraces y comunas" quiere responder estas preguntas, mediante el estudio del primer tipo de colectivismo artístico moderno, que sienta las bases para los colectivos artísticos de los siglos XX y XXI: son las llamadas hermandades de artistas, grupos cuya práctica ambiciona unir el proyecto vital y el creativo, ensayando otras formas de entender los afectos y la identidad como algo compartido. Trazando la historia de "Méditateurs", Nazarenos, Prerrafaelitas y miembros del movimiento "Arts and Crafts", este libro estudia las prácticas colectivistas de dichos grupos entendiéndolas como una forma de autoescenificación que da vida a visiones estéticas y sociales. De este modo, contribuye a una genealogía anterior a los siglos XX y XXI de la "performance".
La historia del Homo sapiens suele contarse como una historia de tecnología o economía. Pero hay un motor más fundamental: la alimentación. Cómo cazábamos y recolectábamos explica nuestra aparición como nueva especie y nuestra tecnología más primitiva; nuestros primeros sistemas alimentarios, del fuego a la agricultura, explican dónde nos asentamos y cómo se expandieron las civilizaciones. La búsqueda de alimentos para poblaciones cada vez más numerosas impulsó la exploración, el colonialismo, la esclavitud e incluso el capitalismo.
Hace un siglo, la alimentación se industrializó. Desde entonces, los nuevos estilos de agricultura y producción de alimentos han escrito un nuevo capítulo de la historia de la humanidad, que está impulsando tanto el cambio climático como las crisis sanitarias mundiales.