Hay pocos temas históricos universales con tanto interés bibliográfico o cinematográfico como la unión de los pueblos itálicos bajo la hegemonía del Imperio romano. Del mito fundacional de Rómulo y Remo hasta la disolución del imperio, esta Historia de Roma contada para escépticos reúne todos los ingredientes para convertirse en uno de los libros más exitosos de Juan Eslava Galán. Con la maestría que le caracteriza, Eslava no se limita a la narración cronológica de hechos históricos. Su objetivo es entretener, y para eso dota al relato de personajes ficticios que se mezclan con los emperadores, los soldados, las mujeres, los patricios y los gladiadores reales de la antigua Roma. Por supuesto, como marca de autor, no faltan los enredos de amor, las borracheras, y las motivaciones de poder o de sexo de unos personajes que, al final y por encima de todo, se mueven por pasiones humanas.
Para Winckelmann, la belleza del arte trasciende el tiempo y el espacio, por eso es tan importante que tengamos las herramientas adecuadas para comprenderlo. Estas páginas, que se publicaron por primera vez en Dresde en 1764, son un recorrido por las de la continuidad del arte a través de distintas civilizaciones completamente novedosa. manifestaciones artísticas del mundo antiguo partiendo de la idea de que, como la vida, han sufrido un proceso evolutivo. Pasando por egipcios, etruscos, persas y romanos, se detiene a analizar en profundidad el arte de los griegos, lo que proporcionó una visión de la continuidad del arte a través de distintas civilizaciones completamente novedosa. Su ojo crítico con lo que se venía haciendo hasta la fecha y su atención al detalle convirtieron esta en una obra de referencia e inspiración para grandes artistas y teóricos como Goethe o Schiller; aún hoy, continúa siéndolo para todo aquel que se acerque al estudio del arte clásico.
A orillas del Danubio, un memorial escultórico con una hilera de zapatos abandonados conmemora a las víctimas de la masacre perpetrada por los nazis en Budapest, hacia finales de la Segunda Guerra Mundial. Les obligaron a descalzarse para aprovechar el cuero antes de dispararles frente al río. La historia (casi) nunca se ha quitado los zapatos: desde la sandalia neolítica hasta el tacón de cuña de Salvatore Ferragamo o el actual barefoot, hace más de diez mil años que el ser humano lleva calzado. Los zapatos han pasado de tener un significado meramente utilitario y un simbolismo religioso a convertirse en símbolo de poder y estatus; nos hablan de un modo de vivir y de pensar y revelan los usos sociales, los criterios estéticos, los modelos de producción y también las tragedias de cada época. Este libro muestra la evolución de las figuras más representativas del mundo del calzado a lo largo de la historia. Artesanos zapateros, fabricantes industriales, diseñadores de lujo y marcas deportivas, junto con sus clientes más ilustres, han ejercido siempre una enorme influencia cultural, inspirando los modelos de zapato que encontramos en la pintura, la literatura y el cine, y dictando el calzado que usarán generaciones enteras.
La obra fundamental sobre el origen, expansión y caída del movimiento fascista en el siglo XX.
El atractivo estético del fascismo italiano llegó a asimilarlo a las vanguardias de principios del siglo XX. Como todo nacionalismo, fue vivido por sus seguidores como una religión secular, procedente del socialismo izquierdista pero a la vez con claros antecedentes derechistas. El estudio del fascismo, de su estética, de su lenguaje, de su poder de sugestión, no ha perdido actualidad y sigue atrayendo el interés de numerosos historiadores.
Hablar con propiedad del fascismo exige conocer sus orígenes intelectuales y políticos. El auge del fascismo no llegaría a entenderse sin saber por qué Benito Mussolini acumuló tal número de seguidores y cómo supo aprovechar el descontento de todo un país con una potente mezcla de nacionalismo y populismo. Giovanni Giolitti, de la Unión Liberal y primer ministro en 1922, se encargó de hacer el resto: su debilidad política y su desacertado juicio acerca de las intenciones de Mussolini, permitieron a éste la toma del poder.
Sus mejores herramientas: la inestabilidad política de la Italia de posguerra; su discurso de unidad nacional; el hábil manejo de la propaganda, el deporte y la cultura; la utilización del mito de la mujer-madre como símbolo de seguridad e impulsora de la regeneración del país; y la apelación a los jóvenes como valerosos forjadores de una Nueva Italia. Cuando el Partito Nazionale Fascista llega al poder, aquellos jóvenes, tan movidos por las ideas de valentía y coraje, creerán haber sido los hacedores de la Nueva Italia, una nueva Roma.
La presente obra profundiza en la estructura interna del partido –que acaba identificándose con el Estado–, en su política internacional y en su pretendida vocación de imperio. El autor recuerda que el fascismo fue un fenómeno con rápida repercusión internacional y el surgimiento de grupos miméticos en Europa, América y Asia.
LA TRANSICIÓN DEL ANTIGUO RÉGIMEN A UN ESTADO MODERNO CIMENTADO EN UNA CONSTITUCIÓN.
Este periodo crucial supuso la transición de un Estado basado en el Antiguo Régimen a uno moderno, cimentado en una Constitución que definiera la soberanía, los derechos individuales y la separación de poderes, creando un marco armónico y aceptable para todas las familias políticas.
El proceso, sin embargo, no estuvo exento de complicaciones. La discrepancia en los medios para establecer este nuevo orden, ya fuera mediante la revolución o la reforma, y la dificultad de equilibrar la libertad como motor de progreso con la necesidad de un Estado fuerte, añadieron capas de complejidad. Jorge Vilches, con su claridad y rigor, nos ofrece una visión detallada de esta situación, revelando cómo emergieron dos campos bien definidos: los conservadores, que priorizaban el orden como condición indispensable para las libertades, abogando por reformas viables; y los liberales, que veneraban la revolución como herramienta para cambiar el país en nombre del pueblo, en detrimento de los elementos «reaccionarios», y que demandaban un gobierno revolucionario exclusivo.
Desde el rey Salomón a Luis XV, perfumarse ha sido esencial, consustancial al ser humano, bien como símbolo de poder y estatus, bien como medicina o afrodisiaco, más allá de sus connotaciones religiosas. Es complejo datar su origen, pero sí se puede deducir su función principal: el culto. El buen olor siempre ha sido lo opuesto al hedor propio de la muerte y la enfermedad. La combustión del incienso o sahumerio, perfume primitivo por excelencia, embajador de la fe, ubicuo y transcultural, demarcaba el espacio sagrado generando una atmósfera emotiva que invitaba a elevarse más allá de la conciencia para comunicarse con lo divino. Desde el sintoísmo al budismo, del hinduismo al islam, esa inmanencia espiritual siempre fue definida por la fragancia. Esta obra pretende surcar la historia analizando diferentes culturas para desenmarañar sus raíces perfumadas, desde los óleos sagrados egipcios y las hedónicas composiciones árabes e indias hasta las primeras moléculas de síntesis del XIX que impulsaron la democratización del perfume, para eclosionar en el XX, cuando la moda se alió a la fragancia “de autor” para sellar su compromiso imperecedero.