Vivimos convencidos de que, en todas las situaciones de la vida, reaccionamos directamente a los acontecimientos. Sin embargo, para los filósofos estoicos esto es pura ilusión: en realidad reaccionamos a nuestros juicios y opiniones, a lo que pensamos de las cosas, no a las cosas en sí. El estoico practicante ha de estar decidido a tomar conciencia de esos juicios, a descubrir su irracionalidad, y a elegir con más cuidado lo que piensa.
Llamamos «malismo» al antiintuitivo mecanismo propagandístico que consiste en la ostentación pública de acciones o deseos tradicionalmente reprobables con la finalidad de conseguir un beneficio social, electoral o comercial. Quizás sea en política donde el desarrollo de este fenómeno asentado en la última década en Occidente resulta más llamativo. Una representante pública entiende la destrucción de las infraviviendas de las personas sin hogar como un acto autopromocional. Otra aumenta su aceptación popular tras calificar de «mantenidos subvencionados» a los desfavorecidos afectados por una pandemia.
División de poderes, rigidez constitucional, control judicial de la constitucionalidad de las leyes... todos estos conceptos en los que se basan las democracias y a los que acudimos para verificar la salud de nuestro sistema político, proceden de la primera Constitución escrita, la que, a finales del siglo XVIII representó, en palabras de James Madison, "el mayor esfuerzo de deliberación nacional que ha acontecido en el mundo". En el presente libro, el profesor Blanco Valdés traza la génesis de estas ideas, con especial atención a los escritos de "El Federalista" -los artículos que Alexander Hamilton, James Madison y John Jay publicaron entre 1787 y 1788 en defensa de la obra constituyente y con el fin de favorecer su posterior ratificación por los Estados-, y muestra cómo cruzaron el océano para, de formas diversas, ser adoptados por los europeos cuando estos se enfrentaron al desafío que los norteamericanos ya habían abordado en el siglo XVIII: cómo garantizar la libertad.
Nos definimos como «seres pensantes» y nos guiamos por nuestros pensamientos o creencias sin sospechar que estos, a los ojos de la neurociencia, no son más que propuestas de nuestro cerebro. A partir de estas propuestas elegimos qué estudiar, discutimos, buscamos pareja, montamos una empresa, escogemos series en Netflix, nos divorciamos, tenemos hijos, los educamos… Lo que pensamos constituye ciertamente nuestra realidad. Pero ¿qué pasaría si aprendieras cómo tu cerebro da forma a los pensamientos, cuáles son sus manías y puntos débiles? ¿Qué ocurriría si te enseñaran a relacionarte con tus pensamientos de otra manera? ¿Cómo sería tu vida si pudieras ver a tus pensamientos como meras propuestas neuronales y fueras libre de usarlos o no?
Moses ben Maimon, o Maimónides (1138-1204), nació en Córdoba, de donde tuvo que huir a los trece años por culpa de la persecución durante la época almohade a todas las personas que no profesaran la fe islámica. Después de un largo exilio, su familia pasó una década en la península ibérica antes de instalarse en Marruecos. Desde allí, Maimónides viajaría a Palestina y Egipto, donde moriría en la corte de Saladino. Estudioso de las leyes judías, médico y filósofo, Maimónides es un personaje bastante singular. Su trabajo extrayendo de la Torá y el Talmud los principales preceptos de las leyes judías, interpretándolos y comentándolos, sentó las bases para traducir la palabra de Dios y hacerla más accesible a todo tipo de audiencias. Como médico, por otra parte, su fama fue inmensa, y se guiaba casi por completo por la razón y la observación cuando atendía tanto al propio sultán como a todos aquellos que se le acercaban en busca de diagnóstico. En esta biografía, Alberto Manguel analiza el alcance universal de la figura de Maimónides, celebrado tanto por judíos, como por cristianos y musulmanes. Hoy en día, cuando la necesidad de racionalidad y de búsqueda de la verdad es más vital que nunca, Maimónides puede ayudarnos a encontrar estrategias para sobrevivir con dignidad en un mundo incierto.
Contaba el filósofo Julián Marías que a sus diez años ya fantaseaba con el universo variopinto de la India. Cumplió con ese viejo sueño a los cuarenta y cinco, cuando en el verano de 1959 recorrió Mumbai, Bangalore, Mysore, Chennai, Calcuta, Delhi y Agra con ocasión de un congreso de Filosofía. India llevaba en ese momento poco más de una década de independencia, pero era ya el joven y anciano país sobre el que muy pronto planearía una enorme masa de viajeros occidentales en busca de algunas de las preguntas y respuestas que ya anticipaba Marías. De su maestro Ortega y Gasset extrae la pasión por el mirar haciendo nuevo lo consabido, que es la esencia de las imágenes que configuran una idea de India: de su prodigioso cine, a sus ubicuas vacas; de sus muchedumbres urbanas al gentío de sus carreteras; la religión, la muerte y la vida y siempre la alteridad como circunstancia y confluencia de nuevos saberes. Entre los escasos testimonios españoles de la experiencia india, el de Marías, que recuperamos tras décadas de olvido, es de obligada lectura.
Esta es la historia de un país con un pasado racista. Un pasado que puede parecer remoto, pero que se filtra por las grietas de la sociedad actual en forma de exclusión, prejuicios y desprecio. Esta es la historia de cómo se configuran y perpetúan el racismo y el odio, escondiéndose en el día a día tanto en los comportamientos individuales como en las instituciones.
¿Cuál es el origen del racismo en España? ¿Cómo ha sido el proceso de borrado histórico? ¿Qué es el racismo institucional?
Y tú... ¿eres racista?
Con crudeza, honestidad, datos impactantes y su propio testimonio, Safia El Aaddam profundiza en las raíces del racismo sistémico y explica cómo espacios supuestamente seguros (como las escuelas, los centros de salud o los servicios sociales) se convierten en los grandes enemigos cotidianos de tanta gente. También reflexiona
sobre el concepto de identidad en una invitacióna tomar conciencia del privilegio blanco para poder contribuir al cambio antirracista, en vez de seguir alimentando el odio y los prejuicios.
Stanley Rosenberg nos invita a explorar el papel determinante que desempeña el nervio vago en nuestros estados psicológicos y emocionales. Esta guía práctica explica cómo multitud de dolencias comunes (desde la ansiedad y la depresiòn hasta las migrañas y el dolor de espalda) están relacionadas con este nervio craneal, y cómo, mediante una serie de ejercicios muy fáciles de realizar, que se ilustran en estas páginas, podemos llegar a regularlo y conseguir una relajación profunda, mejorar el sueño, o recuperarnos de una herida o un trauma. Esta obra propone un nuevo enfoque de sanación que es fruto de la experiencia del autor como terapeuta corporal y de una comprensión del funcionamiento del sistema nervioso autónomo totalmente novedosa en el campo de la neurobiología humana: la teoría polivagal, desarrollada por el prestigioso doctor Stephen Porges, quien escribe el prólogo de este libro.
«En medio del campo donde plantábamos patatas, con el incesante gorjeo de las alondras de fondo, le pregunté qué lugar elegiría si de repente un genio se cruzase en su camino para hacer realidad el viaje de sus sueños. “El Polo Norte”, me respondió. Yo apenas tenía diez años. Debía rondar esa edad cuando, una noche de verano, delante de la puerta de casa, mi padre me señaló la presencia titilante de la estrella polar, que no duerme, que permanece ja en el cielo y sirve al navegante para no perder jamás el rumbo.Por su ochenta cumpleaños, le regalé un viaje a la Tierra de Baffin, más allá del círculo polar ―en el Polo Norte. Estas páginas cuentan la parte visible». Estética del Polo Norte es un diario de viaje, una losofía del frío y una meditación sobre los males de la civilización. Onfray reexiona sobre el espacio, la naturaleza pero también sobre la nostalgia. Un texto denso, lírico e inteligente donde el autor asume su filosofía objetiva y silenciosa.
Bosques, selvas y humedales en llamas. Poblaciones perdidas bajo inundaciones imprevistas. La diversidad de flora y fauna de grandes zonas diezmada por los efectos irreversibles de la contaminación. Fortunas inconmensurables concentradas en las manos de unos pocos, en un mundo donde millones de personas pasan hambre. Infinidad de vidas perdidas a diario. No se trata de escenas de una película catástrofe: son las imágenes reales que nos llegan de manera cotidiana, desde todos los rincones del planeta. De este planeta, que está colapsando. Después de dejar pasar grandes oportunidades, la puerta a un hábitat sustentable se ha cerrado. Hoy enfrentamos las consecuencias de un cambio climático descontrolado y empezamos a vivir el agotamiento de los recursos naturales. En otras palabras, no se trata de un dilema para las próximas generaciones, sino que ya mismo estamos presenciando el desmoronamiento de la civilización industrial. ¿Qué nos espera en los años venideros?