«En esta obra quiero establecer el enlace del transhumanismo con la tradición humanística de nuestra civilización, que resuena una y otra vez en él (...) El humanismo ya no puede ser el que era, agazapado en el placentero regazo de la superioridad de las humanidades y presumiendo de su pasado glorioso. Un imparable futuro se cierne sobre nosotros. ¿Pero no hay nada que hacer para detenerlo? O renovamos las bases y los temas del humanismo, ofreciendo nuevos criterios de pensamiento y de acción de los desafíos tecnológicos, o nos arriesgamos a que se impongan, sobre nuestra humanidad y la sociedad en general, los discursos de transformación o de substitución, en la estela de una salvación puramente inmanentista, que pronuncian nuevos ideólogos, que se adjudican a sí mismos el objetivo de tomar el relevo tanto de las ineficaces ciencias humanas, como de las religiones tradicionales». Ricardo Mejía Fernández «Mejía no formula una propuesta precaucionista o bioconservadora, sino en la línea crítica del humanismo antropocéntrico parcial que trajo la Modernidad. Tampoco pretende recuperar el humanismo teocéntrico medieval. En diálogo con J. Maritain, pero marcando distancias con el pensador francés, propone un humanismo antropocéntrico integral, abierto a todas las dimensiones naturales de la persona». Mario Iceta Gavicagogeascoa. Arzobispo de Burgos
La historia del Homo sapiens suele contarse como una historia de tecnología o economía. Pero hay un motor más fundamental: la alimentación. Cómo cazábamos y recolectábamos explica nuestra aparición como nueva especie y nuestra tecnología más primitiva; nuestros primeros sistemas alimentarios, del fuego a la agricultura, explican dónde nos asentamos y cómo se expandieron las civilizaciones. La búsqueda de alimentos para poblaciones cada vez más numerosas impulsó la exploración, el colonialismo, la esclavitud e incluso el capitalismo.
Hace un siglo, la alimentación se industrializó. Desde entonces, los nuevos estilos de agricultura y producción de alimentos han escrito un nuevo capítulo de la historia de la humanidad, que está impulsando tanto el cambio climático como las crisis sanitarias mundiales.
En esta nueva edición de La buena y la mala educación, Inger Enkvist revisa, corrige, actualiza y aumenta su libro estrella. Sus páginas recorren los distintos sistemas educativos imperantes principalmente en Occidente (sin dejar de mirar otras latitudes), y hacen un balance tanto de los aciertos como de los desaciertos del modelo de enseñanza predominante en países como Francia, Finlandia, Estados Unidos, Japón, China, entre otros. Enkvist ha introducido un capítulo en el que hace un acercamiento a las nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial, la hiperactividad de los alumnos, la dislexia, el TDAH, las diferencias entre los alumnos y las alumnas, sin perder de vista el punto neurálgico de su trabajo: que la lengua y la lectura es lo central en la educación, que el esfuerzo del alumno es fundamental y que la familia tiene un papel clave en el proceso de aprendizaje de los niños y jóvenes.
¿Quién fue el mejor general, estadista y constructor de la nación romana? ¿César o Pompeyo? A lo largo de los siglos se han escrito tantas palabras sobre pocas personas como sobre Julio César, el brillante general que convirtió a la reina Cleopatra de Egipto en su amante. Ha cautivado la imaginación de dramaturgos, historiadores, soldados y emperadores. Poco se ha escrito sobre su aliado, yerno y eventual enemigo Pompeyo el Grande, que irrumpió en la escena romana como un victorioso general de veintitrés años y que, en el apogeo de su carrera, fue posiblemente más famoso, más popular y tuvo más éxito que César. César contra Pompeyo narra las vidas paralelas de Julio César y Pompeyo el Grande, a medida que sus vidas y amores se entrelazaban y se hacían interdependientes, a medida que pasaban de rivales a socios, y luego de gobernantes conjuntos a enemigos beligerantes. Uno se esforzó por preservar la República Romana, el otro la destruyó.
Este libro no es solo una reflexión sobre sostenibilidad, es una invitación a cambiar nuestra perspectiva y transformar cómo diseñamos y habitamos el mundo. Con una mirada crítica, aborda la saturación del término "sostenible", instando a redescubrir su verdadero significado: la capacidad de mantener la vida sin agotar los recursos ni hipotecar el futuro. Desde esta premisa, la naturaleza se posiciona no solo como inspiración, sino como mentora y modelo para rediseñar nuestras ciudades y edificios.
El contenido de estas páginas nos lleva a imaginar un futuro en el que los edificios funcionan como organismos vivos, respirando, adaptándose al entorno y generando equilibrio dinámico. En esta visión, las ciudades se asemejan a bosques: ecosistemas interconectados donde el aire, el agua, la energía y los desechos fluyen en circuitos cerrados y regenerativos, como las raíces y micorrizas de un bosque.
La obra no solo aspira a resolver problemas técnicos, sino a proponer un cambio de paradigma: mirar el diseño urbano como una extensión de los sistemas naturales. Con un enfoque interdisciplinario, el texto enfatiza la colaboración entre arquitectos, biólogos, ingenieros, biotecnólogos, diseñadores, humanistas y químicos, entre muchos otros. Este enfoque bioinspirado nos recuerda que, al fin y al cabo, formamos parte de la naturaleza, y nuestro futuro depende de cómo decidamos aprender de ella y con ella.
Este libro aborda historia de la evolución del ejército romano, tanto en su aspecto organizativo como en su armamento, tanto ofensivo, como defensivo. Su cadena de mandos, la transmisión de órdenes por medio de señales acústicas o visuales, el orden del ejército durante la marcha o durante el curso de una batalla, la dura instrucción militar de los soldados, que incluía tanto premios como rigurosos castigos, o la vida cotidiana de esos soldados en los campamentos son otros aspectos que se tratan en el presente trabajo. Sin olvidar el abastecimiento, los salarios y del ser soldado como una forma de vida.
No solo legiones conformaban el ejército romano. También estaban las tropas auxiliares y sobre todo una marina, o classis, totalmente necesaria para defender un Imperio que se extendía por el Mediterráneo, pero que necesitaba esta flota igualmente para otras zonas del Imperio alejadas del Mare nostrum. También podemos hallar en este estudio a la guardia pretoriana, las cohortes urbanas y otros cuerpos de élite o de protección de la vida del emperador.
El libro que tienen ustedes en las manos no pretende ser una crónica de la conquista del continente americano, sino una serie de imágenes de un mundo violento, de episodios concretos que a lo largo de todo el siglo XVI se sucedieron dentro de ese gran acontecimiento histórico.
Partiendo de una sólida base documental y desde la óptica de los propios personajes, a través de una visión del siglo XVI y no del siglo XXI, podrán asistir a episodios clave de la aventura americana, que se suceden desde la conquista de las islas Canarias, que supuso el primer ensayo o banco de pruebas de las nuevas técnicas de navegación oceánica y de las tácticas militares y comerciales, hasta la defensa del imperio de las incursiones de los principales enemigos de España en Europa –Francia e Inglaterra-, en el epicentro panameño, nudo principal en las comunicaciones entre los dos continentes.
La conquista no fue ni de santos y héroes, ni de genocidas. El mundo del siglo XVI, y el de todas las épocas, era extremadamente violento, porque la violencia es consustancial a la especie humana. Asistirán a la violencia de los conquistadores españoles contra los pueblos nativos americanos, contra los cimarrones y contra los ingleses, y la de todos ellos contra los españoles, pero también a la violencia entre los pueblos nativos y los africanos cimarrones, entre los propios nativos, y entre los conquistadores españoles, en sanguinarias guerras civiles. La conquieta de América fue una historia de violencia.
La historia total de la ciudad griega que puso de rodillas a sus enemigos en los campos de batalla y se ganó la fama de amar la virtud por encima de todo lo demás.
Esparta es la guerra y la virtud, pero también un gran misterio histórico que la propaganda de sus enemigos y el mito creado por sus admiradores han terminado de emborronar.
El catedrático César Fornis reconstruye con una infinidad de fuentes y valiéndose de la arqueología la épica aventura de una potencia militar envuelta en una guerra casi continuada desde su nacimiento como entidad política independiente en el siglo VIII a.C. hasta su pervivencia como una especie de parque temático de las glorias pasadas en época romana.
Las páginas de esta monumental obra exponen sus numerosas guerras, su particular monarquía de dos cabezas, sus cultos religiosos y una educación extrema que curtía el cuerpo y la mente de sus ciudadanos soldados.
Confesiones de un hereje es una colección de ensayos provocativos, donde cada confesión revela aspectos del pensamiento del autor que sus críticos probablemente le habrían aconsejado silenciar.
En esta selección, que abarca desde el arte y la arquitectura hasta la política y la conservación de la naturaleza, Scruton desafía la opinión popular sobre aspectos clave de nuestra cultura: ¿Qué podemos hacer para proteger los valores occidentales contra el extremismo islamista? ¿Cómo podemos fomentar una verdadera amistad a través de las redes sociales? ¿Por qué vale la pena preservar el Estado-nación? ¿Cómo debemos lograr una muerte oportuna frente a los avances de la medicina moderna?
«Cada vez son más los científicos que nos prometen que la revolución de la longevidad llegará mañana, que nuestros nietos podrán vivir ciento cincuenta años o más, aún jóvenes y con buena salud física y mental. Este libro hace balance de estas investigaciones, separa la ciencia de la fantasía y plantea la pregunta fundamental: ¿por qué vivir tanto? Este es el tema principal de este libro, que, ante esta pregunta, examina las dos concepciones existentes pero opuestas de una vida feliz. La primera, que procede de los siglos pasados y que la psicología positiva ha vuelto a poner de moda, nos invita a decir «sí a la realidad», a resignarnos al orden natural de las cosas para aceptar con serenidad la vejez y la muerte. En cambio, las filosofías modernas abogan por una espiritualidad completamente distinta: la prolongación de la vida con buena salud podría ofrecer a la humanidad la oportunidad de ser por fin menos estrecha de miras, menos violenta y, por qué no, más sabia que en el siglo XX». «Me parece genial llegar a vivir 300 años, hay tantas mujeres que amar, hay tantos libros que leer». Luc Ferry