Operación Biting arroja luz a uno de los momentos históricos más emocionantes y menos conocidos de la segunda guerra mundial.
En su nuevo libro, Max Hastings narra la historia de la Operación Biting, uno de los asaltos de comandos paracaidistas británicos más emocionantes y probablemente el más exitoso de la segunda guerra mundial.
En febrero de 1942, la inteligencia de la RAF descubrió una nueva red de radar alemana en la costa de la Europa ocupada conocida como Würzburg. Esta innovación tecnológica ponía en jaque a las fuerzas aliadas, así que la inteligencia británica propuso un asalto para capturar componentes clave. La operación se llevó a cabo la noche del 27 al 28 de febrero, cuando 120 hombres de las Fuerzas Aerotransportadas fueron lanzados en paracaídas sobre Bruneval, Normandía, en medio de una tormenta de nieve. A pesar de errores de cálculo que dejaron a algunos soldados lejos de su objetivo, lograron desmontar el radar enemigo, enfrentarse a la Wehrmacht y escapar por mar en un audaz rescate hacia Portsmouth.
Max Hastings relata este episodio histórico lleno de suspense con detalles previamente no documentados, a la vez que retrata los personajes clave involucrados: desde el científico que diseñó la operación hasta el carismático Lord Mountbatten, pasando por el ingeniero Charlie Cox, quien desmanteló el radar, los agentes secretos franceses que arriesgaron sus vidas en misiones de reconocimiento y el mayor John Frost, líder de los paracaidistas en acción. Operación Biting arroja luz a uno de los momentos históricos más emocionantes y menos conocidos de la segunda guerra mundial.
La extraordinaria operación de rescate llevada a cabo en la embajada iraní de Londres en 1980, un evento histórico que marcó un hito en las operaciones de fuerzas especiales y capturó la atención mundial.
El 30 de abril de 1980, seis hombres armados irrumpieron en la embajada iraní en Princes Gate, delante del Hyde Park de Londres. Allí tomaron como rehenes a 26 personas, incluyendo al personal de la embajada, visitantes y tres ciudadanos británicos. Luego siguió un tenso asedio de seis días retransmitido en directo y visto por millones de espectadores en lo que se convirtió en el boletín de noticias más largo en la historia de la televisión británica, Negociadores y psiquiatras buscaron una solución pacífica al enfrentamiento, mientras que el SAS – hasta entonces una organización envuelta en secreto – planeaba una audaz misión de rescate: la operación Nimrod.
Basándose en material de fuentes inéditas, entrevistas exclusivas con el SAS y testimonios de rehenes, negociadores, oficiales de inteligencia y el psiquiatra en el lugar, el historiador superventas Ben Macintyre lleva a los lectores en un apasionante viaje que comienza en las semanas o años, anteriores de preparación de ambos lados, hasta el relato minuto a minuto del asedio y del rescate.
Pasamos un tercio de nuestras vidas tumbados: durmiendo, soñando, amando, leyendo o recuperándonos. Más allá de representar la pasividad y la pereza, el acto de reposar acostados puede constituir una forma de protesta: una oportunidad para reordenar nuestros pensamientos en un mundo regido por la incesante exigencia de productividad. Bernd Brunner nos invita a redescubrir el poder de la horizontalidad a través de entretenidísimas e insólitas historias como el origen del colchón, las formas de descanso en la remota Edad de Piedra, la importancia del diván en la consulta de Sigmund Freud o los últimos hallazgos sobre el sueño. Vivir en horizontal es una apasionante contribución a la historia cultural que sorprenderá a legos e iniciados en el subestimado arte de yacer.
Ramón Tamames sitúa, con precisa y bella escritura, al personaje Hernán Cortés en su escenario deslumbrante. Rodeado de otros protagonistas coetáneos, como Moctezuma, Malinche, Cuauhtémoc, Carlos V, el Padre las Casas, el gobernador Velázquez, Pizarro, Alvarado, Sandoval, Bernardino de Sahagún, Vasco de Quiroga y tantos otros personajes y acontecimientos que conforman el universo de la América Espańola. Un libro indispensable para los casi 600 millones de hispanohablantes. La originalidad de estas páginas estriba en la visón de Hernán Cortés desde un enfoque global -en el marco de los grandes descubrimientos y hechos del mundo del siglo XVI, que promovieron el comercio mundial, el mestizaje y la difusión del cristianismo- como un valiente soldado, gran empresario de su propio proyecto, diplomático inteligente y estadista creador de la nueva España.
Star Wars ya pertenece al selecto grupo de los mitos universales, de las grandes historias de la humanidad: la importancia de la saga imaginada por George Lucas solo puede medirse con la misma vara que utilizaríamos para calibrar la importancia de la Ilíada, de ciertas obras de Shakespeare, de la Biblia o incluso de personajes como Santa Claus o Mickey Mouse, a los que Darth Vader no envidia nada en cuanto a conocimiento universal. Star Wars es mucho más que una serie de películas y una engrasada máquina de merchandising: también es un complejo producto de cultura popular cuyas interpretaciones nos pueden explicar la historia y el mundo actual, y nos plantean con eficacia los grandes temas que importan al ser humano: el amor, la guerra, la familia, el poder, el sacrificio. Al menos, así lo entiende Cass R. Sunstein, una de las mayores autoridades en derecho en Estados Unidos, antiguo miembro del gabinete del presidente Obama durante su primer mandato, y secretamente fascinado por los acontecimientos que sucedieron, hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. Para Sunstein, Star Wars es una fuente de interpretación inagotable para temas como la infancia, la paternidad, el Lado Oscuro (esto es, las tentaciones y las malas decisiones), la rebelión y la búsqueda de la paz interior. Es un obra con la que podremos entender mejor por qué el pueblo se rebela contra sus líderes, por qué prolifera el terrorismo o hacia dónde puede ir la economía. Sunstein parte de la idea de que en el mundo de Star Wars hay un bien supremo –el derecho a elegir libremente–, y que es nuestra libertad la que nos empuja a actuar de manera correcta.
En pleno éxito editorial de Las palabras y las cosas Foucault escribe El discurso filosófico y luego viaja a Túnez para ocupar un puesto de profesor de Filosofía. No sabemos si llegó a usar el texto en sus clases, pero sí que dejó un manuscrito completo, inédito hasta hoy. Si hasta ese momento Foucault se había ocupado de las ciencias humanas en su conjunto, aquí por primera vez aplica su método de análisis para renovar los relatos trillados de la historia de la filosofía.
La novedad radical de este trabajo, su perfil más original y sorprendente, es la noción de "archivo integral" para pensar el último avatar de la filosofía. Foucault define ese archivo como un conjunto de discursos que solo se relacionan con otros discursos.