El comienzo de la filosofía lo constituye la indagación de los primeros pensadores griegos acerca de la razón primordial de todo, a la que denominan «Dios» o lo «Divino». La metafísica clásica considera a Dios como lo Primero y lo más Excelso, desarrollando la concepción de lo Uno Primordial, tal como aparece en el pensamiento de la Antigüedad tardía.
El pensamiento cristiano, por su parte, está presidido, desde un principio y durante toda la Edad Media, por la idea de «Dios»; así, fundamenta esta idea filosóficamente y la sigue desarrollando. También los más insignes pensadores de la Edad Moderna profesan a su manera la creencia en la existencia de Dios, y hacen de ella el fundamento y el contenido principal de su filosofía.
En la actualidad existen no pocas personas en Occidente que viven y piensan como si Dios no existiera. Y sin embargo, en la mayor parte del mundo la fe religiosa conserva e incluso acrecienta su influencia. También hoy la filosofía puede sin duda esclarecer un gran número de cuestiones sobre la existencia y la presencia de Dios.
¿Te das cuenta de que el Dios del universo habla tu lenguaje de amor, y tus expresiones de amor hacia Él están moldeadas por tu lenguaje de amor? Aprende cómo puedes dar y recibir el amor de Dios a través de los cinco lenguajes del amor: palabras de afirmación, tiempo de calidad, regalos, actos de servicio y toque físico.
Gary Chapman escribe: "A medida que respondemos al amor de Dios y comenzamos a identificar la variedad de lenguajes que Él utiliza para hablarnos, aprenderemos a hablar esos lenguajes nosotros mismos. Sea cual sea el lenguaje de amor que prefieras, que encuentres una satisfacción cada vez más profunda al usar ese lenguaje en tu relación con Dios y con otras personas.
Todos hemos tenido momentos cuando nos hemos sentido perdidos, dolidos y nos vemos preguntándonos, “¿Dónde está Dios en todo esto?”. Cuando el camino se torna difícil y no sabemos qué ruta tomar, se siente como si Dios estuviera muy lejos.
Cuando usted se encuentra en esa posición, está frente a una ventana de oportunidades donde puede experimentar a Dios como nunca antes; donde puede ver Su poder sobrenatural obrando más claramente que cuando las cosas se llevan a cabo a la manera que usted desea.