La biografía oficial y autorizada de Joaquín Sabina.
La publicación en el año 2000 de la biografía Perdonen la tristeza supuso una excelente noticia para la legión de seguidores que Joaquín Sabina tiene repartidos entre España y Latinoamérica, pues contenía la mayor información hasta esa fecha de su vida y obra. Permaneció durante meses en las listas de los libros más vendidos, y Sabina dijo de ella: «A mí se me había olvidado mi vida y Javier Menéndez Flores me la ha recordado. He leído el libro con placer». La presente edición, ampliada y puesta al día, supone el retrato biográfico más completo del artista andaluz.
El autor, el único periodista que ha escrito un libro sobre Sabina con el propio Sabina, el que más veces lo ha entrevistado y quien mejor conoce las claves de su cancionero, ha revisado el texto original y analizado los aspectos más relevantes de su trabajo a partir del irrepetible 19 días y 500 noches: discos de estudio, recopilatorios y en directo; giras propias y compartidas; colaboraciones con otros músicos; libros.
Un libro imprescindible para conocer a fondo la impronta creadora y el carácter audaz de uno de los más brillantes escritores de canciones en español de todos los tiempos.
Esta edición, ampliada y puesta al día, supone el retrato biográfico más completo del artista andaluz. El autor, el único periodista que ha escrito un libro sobre Sabina con el propio Sabina, el que más veces lo ha entrevistado y quien mejor conoce las claves de su cancionero, ha revisado el texto original y analizado los aspectos más relevantes de su trabajo a partir del irrepetible 19 días y 500 noches (discos de estudio, recopilatorios y en directo; giras propias y compartidas; colaboraciones con otros músicos; libros). En total, más de un tercio de este volumen es inédito.
El nombre Johannes Althusius ha sido prácticamente olvidado. Y esto pese a ser -o acaso precisamente por ser- un alemán. En la historia de la ciencia del Estado se acostumbra a hablar poco de las aportaciones de escritores alemanes en épocas anteriores a las hazañas espirituales del genial Samuel Pufendorf, las cuales, éstas sí, son imposibles de ser silenciadas. Se da por sentado que, hasta entonces, si pasamos por alto el influjo, realmente inmenso, pero solo indirecto, de los reformadores alemanes sobre la doctrina del Estado, la participación de los alemanes en las enconadas luchas de las ideas políticas ha sido muy escasa.