«El Tercer Mundo no fue un lugar. Fue un proyecto.»
Galardonado con varios premios y traducido en todo el mundo, Las naciones oscuras traza una historia exhaustiva del Sur Global, de sus orígenes, sus esperanzas y de cómo reconfiguró el mundo. Tras una lucha interminable para acabar con el colonialismo, y a pesar de los intentos de líderes como el egipcio Gamal Abder Nasser y el indonesio Sukarno de unir a los países empobrecidos del mundo para reivindicar un sistema universal en oposición al poder hegemónico de Estados Unidos, la idea de igualdad política y reconocimiento internacional fracasó frente a un Occidente dominante.
Este libro, que para toda una generación de académicos, activistas y soñadores abrió el camino hacia un orden internacional más justo, sigue ofreciendo lecciones para los proyectos políticos radicales de hoy. En un momento en que la relación entre Estados Unidos y el resto del mundo se vuelve cada vez más tensa, y la posición de India y China en la escena mundial se consolida, Prashad nos recuerda que la desaparición del Tercer Mundo ha producido un panorama político internacional empobrecido y asimétrico, y que es esencial repensar el Sur Global no como lugar, sino como proyecto.
Ochenta años después de que Isaac Asimov popularizara sus leyes de la robótica en el ámbito de la ficción, el investigador en regulación de la inteligencia artificial Frank Pasquale las ha actualizado para que nos ayuden a controlar a los robots y los algoritmos que han ocupado nuestra realidad. A partir de cuatro nuevas leyes de la robótica, este libro examina cómo las herramientas de IA se están aplicando en sanidad, justicia, periodismo o educación, a menudo anteponiendo el beneficio económico o el ahorro de personal al bien de los pacientes, la ciudadanía, los lectores o el alumnado. Y nos invita a reflexionar sobre cómo podemos hacer de las máquinas nuestras aliadas y no nuestras enemigas, para la construcción conjunta de un mundo más justo, menos desigual, un poco mejor.
En las últimas semanas de 1847 vieron la luz en Copenhague estos «discursos edificantes», que buscaban explorar el fondo más profundo en el que se asienta el cristianismo: Dios como amor absoluto. La existencia humana puede, de algún modo misterioso, participar de la trascendencia a través del amor, ámbito por completo distinto del mundo, el tiempo y las vicisitudes egoístas en las que se mueve la vida de los hombres. En último término, sólo hay una alternativa: vivir la existencia de espaldas o delante de la eternidad. Y quién se atreve a vivir ante Dios experimentará en su espíritu, aún de manera deficiente, el exceso de amor que lo rodea, en el que se mueve y por el que existe.