Ha quedado científicamente demostrado que la mayoría de mujeres tienden a sentirse asfixiadas por todos los pensamientos, las emociones y las preocupaciones que se superponen entre ellas sin freno ni control: le dan vuelta y más vuelta a todos los aspectos negativos de sus vidas, piensan en las mil formas en las que podrían haber actuado diferente o por qué no se sienten de una determinada manera. Y tanto rumiar no solo obstaculiza su capacidad para afrontar eficazmente los problemas, sino que también tiene consecuencias nefastas en su estado de ánimo, sus relaciones y su salud.
Habiéndose gestado el feminismo norteamericano –como movimiento y teoría política– en el seno de las luchas abolicionistas y obreras de finales del siglo xix, ¿cómo es posible que la voz y las reivindicaciones de las mujeres negras hayan sido sistemáticamente invisibilizadas por el feminismo blanco liberal? A partir de esta pregunta, Angela Davis traza una nueva genealogía de los movimientos radicales de liberación norteamericanos en la que desvela las raíces comunes de las luchas antiesclavistas y de los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres.
A lo largo de sus páginas, se muestra el contexto material y simbólico en el que se fueron plasmando las diversas luchas, la fuerza de la organización colectiva frente a las fuerzas de poder y explotación dominantes. Pero no se trata de un mero ajuste de cuentas con el pasado: también proyecta una mirada al futuro. Una reconstrucción como esta brinda un análisis esclarecedor no sólo para denunciar las situaciones de injusticia, sino para explicitar las estrategias de lucha y los problemas de composición de las diferencias que, hoy día, siguen desgarrando los movimientos políticos.
Un libro inspirador de una de las figuras más emblemáticas de la política contemporánea.
«Hace algunos años, cuando Mujica fue electo presidente de Uruguay, el mundo descubrió a un político distinto. Vivía con muy poco, decía lo que pensaba y se expresaba más como un filósofo que como un ex guerrillero reconvertido en político.
Desde muy joven se involucró intensamente en el activismo de un partido tradicional, vivió la década de los años sesenta desde la trinchera revolucionaria, pasó los setenta en la más oscura de las catacumbas de la dictadura y en los noventa participó en el crecimiento y triunfo de las izquierdas hasta llegar a ser presidente de su país.
Mujica ha culminado su gobierno con altos índices de popularidad, resultados económicos y sociales elogiados en todo el mundo y medidas puntuales que pasarán a la historia. Lo ha hecho conjugando dos realidades antitéticas: una concepción ideológica y un estilo de vida anarquista, con el cargo de presidente, que concentra el mayor poder del estado.» - Allan Percy