En verano de 1812, Napoleón, en el apogeo de su dominio de Europa, marchó hacia Rusia con el mayor ejército de la historia y la convicción de que la expansión de su imperio era imparable. Sin embargo, apenas dos años después sus ejércitos fueron derrotados y Rusia salió victoriosa. Gracias a un profundo conocimiento de la singular realidad social, política y económica en tiempos del zar Alejandro I, este ensayo muestra por primera vez el papel crucial que desempeñó Rusia en las guerras napoleónicas. Dominic Lieven despliega ante los ojos del lector un auténtico fresco en el que tanto el emperador y los oficiales de su Estado Mayor como los soldados cobran vida. El fascinante relato pormenorizado de los acontecimientos que marcaron primero la estratégica retirada de las tropas rusas y finalmente la marcha sobre Europa liderada por el ejército del zar permite al autor desmantelar el afianzado mito según el cual la derrota de Napoleón fue el resultado del inclemente paisaje invernal ruso y señalar así el decisivo lugar de Rusia en la política europea, un lugar que incluso hoy merece la pena recordar.
En la Antigüedad, el saber verdaderamente valioso era el entendimiento de los orígenes, del del nacimiento del mundo y de los dioses o héroes. Más tarde, el saber se orientó hacia el conocimiento sobre el futuro y la utopía que nos esperaba. Hoy, en cambio, parece atrapado en la necesidad de comprender un presente sofocante y demasiado extenso; pasado y futuro han convergido y nos ahogamos en su vórtice, confundiendo el saber con la mera comunicación. Pero este libro no es una elegía por la sabiduría perdida. Es una invitación a reflexionar sobre qué es para nosotros el saber y cómo podemos transmitirlo a quienes ocupen después el mundo.
Al contrario de lo que tantas veces nos hace pensar nuestra arrogante ideología del progreso, la mitología no es un ramillete de historias ajadas y fantasiosas, sino el principal reservorio psíquico de la humanidad y, por ende, el origen de toda psicología. Así, desde el principio de los tiempos, los seres humanos han recurrido a los mitos para intentar explicar los misterios de la vida y arrojar luz sobre nuestra propia y extraña naturaleza.