Monumental y excepcionalmente bien documentada, esta biografía de Alejandro Magno se sumerge en el misterio de uno de los más extraordinarios personajes de la historia, feroz conquistador de Asia y discípulo de Aristóteles, que terminó por sentar, a través de sus gestas, las bases mismas del helenismo. Lejos de ofrecer una mirada romántica y fantasiosa de la vida de Alejandro, Lane Fox recupera, con un lenguaje de insuperable maestría, todos los matices de una época histórica, desde las tácticas de batalla hasta las costumbres culinarias y sexuales, y nos acerca así a la dimensión humana de uno de los más grandes mitos de la historia de la humanidad.
«Hace tiempo, en su clásico trabajo sobre la representación, Hanna Pitkin reconoció que no podemos entender plenamente la representación sin adoptar una perspectiva sistémica. Sin embargo, ni Pitkin ni yo, al abogar por un enfoque sistémico, profundizamos en el tema. Felipe Rey Salamanca ha elaborado ahora el trabajo definitivo hasta la fecha». Así introduce la profesora emérita de Harvard Jane Mansbridge esta obra.
Su autor nos sugiere que la democracia representativa como la conocíamos, localizada en las estructuras parlamentarias, ha dejado de existir. Rey introduce y desarrolla un concepto nuevo, el de los sistemas representativos, en los cuales la representación política es una práctica mucho más extensa que es ejercitada tanto en los órganos oficiales como en la esfera civil. El parlamento ha perdido el monopolio de la representación. La democracia parlamentaria está en su ocaso. Con rigor analítico y destreza argumentativa, Rey ha dibujado una nueva y refrescante teoría de la representación para entender mejor nuestros mundos políticos contemporáneos.
Recuperamos Los cuatro libros, el canon, el texto fundamental en el que se basa lo que conocemos como filosofía confuciana.
Estos cuatro libros, que Confucio no redactó personalmente, son el canon de su escuela, también conocida como «de los Letrados». Frente al individualismo anarquizante del taoísmo, el confucianismo representa la dimensión social del hombre, cuya moralidad viene definida por el deber, la posición y la función, ya sea en la familia o en el Estado. Textos que demuestran que la historia y la cultura chinas son tan incomprensibles sin las doctrinas de Confucio como las europeas sin la filosofía griega y el cristianismo.