Guardini analiza las preguntas que sobrevuelan las grandes obras de Dostoievski: qué es la naturaleza, el mundo, el dolor y el mal en sus diversas formas, y qué es el pecado, la vida y la muerte.
Pocos hombres han sido tan fieles al compromiso con la vida, la libertad y sus semejantes desfavorecidos como Howard Zinn. Parece improbable que un profesor de historia se vea involucrado, o incluso sea protagonista, de tantas peripecias y aventuras como él lo fue. Bombardero en la Segunda Guerra Mundial, profesor en una institución para mujeres afroamericanas durante la lucha por los derechos civiles en el sur de los EE.UU., activista antibélico y enviado a Hanoi durante la Guerra de Vietnam, protector del hombre que sustrajo los Papeles del Pentágono, Estas y otras son las estaciones de una vida intensa y plena de compromiso con la vida y las personas que le llevaron innumerables veces a la cárcel y fueron la causa de numeroso intentos de descrédito.
Hay autores que nunca pasan de moda. Su pensamiento no solo se convierte en hogar donde se hospeda la mejor tradición filosófica, sino también en punto de partida que abre a nuevos horizontes. Hegel es, sin duda, uno de estos pensadores.
Según pasa el tiempo, cobran cada vez más importancia los escritos que redactó en su etapa de Jena, ya que en ellos se descubren muchos de los temas y la peculiar forma de abordarlos que cristalizará en su genial Fenomenología del espíritu(1807).
La obra que el lector tiene entre sus manos en edición bilingüe se remonta al año 1802. Publicada en la revista Kritische Journal der Philosophie, pretende analizar dos categorías fundamentales en el ámbito del conocimiento: el creer y el saber. Con este fin, reflexiona sobre la subjetividad en diálogo crítico con tres autores significativos: Kant, Jacobi y Fichte.
A partir de esta confrontación fecunda, Hegel lleva a cabo un avance significativo al aplicar su original «dialéctica ilustrada» en la búsqueda de un renovado pensamiento metafísico que integre de forma equilibrada la fe y la razón.