Si hubiera tenido más tiempo, hubiera escrito una carta más corta», afirmó Pascal. Hoy lo breve nos invita, en medio de una sociedad enferma de frenesí, a detenernos: ante el epitafio enigmático de una lápida, ante el aforismo que sugiere sin decir, ante la pancarta que nos golpea con el alma de su lucha.
Una mariposa nace, vive y muere en apenas unos días. Aunque efímero, contemplamos su vuelo con asombro. Y el aleteo de sus alas, como dice el proverbio chino, «se puede sentir al otro lado del mundo». La tesis de este libro es sencilla: lo breve entraña lo profundo.
Alejandra Azuero Quijano propone pensar el paro como un estallido epistémico, un acontecimiento que articula historias y ritmos de tiempo que permiten repensar el pasado para entender y actualizar el presente. A partir de repertorios de resistencia e interrupción, el paro nacional reorganiza las coordenadas con las que se entiende, imagina, percibe y representa la política colombiana y, por extensión, la realidad política y social de América Latina y el Caribe.
El paro nacional colombiano comenzó el 28 de abril de 2021 como reacción en contra de la controversial reforma fiscal impulsada por el gobierno en medio de la pandemia. Si bien el estallido social comenzó y terminó ese mismo año, la fuerza histórica del evento fue más allá, poniendo en marcha formas de experimentación estética, política y de sentido que aún no terminan.
Estamos frente a un acontecimiento que tiene la capacidad de cambiarlo todo: la política, las condiciones sensibles y los modos del saber. Por eso mismo, el paro también llama a poner en marcha otras formas de narrar, de pensar y de representar su historia.
Las mujeres de la Biblia vivieron historias atemporales. Al examinarlas, podemos comprender qué significa ser una mujer de fe.
Las personas no familiarizadas con las Escrituras suelen asumir que las mujeres tienen un papel pequeño y secundario en la Biblia, cuando de hecho fueron figuras centrales en numerosos relatos bíblicos. La valentía de la reina Esther fue lo que salvó a su pueblo entero en un momento histórico decisivo. La Biblia contiene guerreras, como Jael; juezas, como Deborah, y profetas, como Miriam. La primera persona que presenció la resurrección de Jesús fue María Magdalena, quien enseguida se convirtió en la primera evangelista cristiana, deseosa de compartir la noticia que cambiaría al mundo para siempre.