En este ensayo Russell parte de la idea de que la educación que deseamos para nuestros hijos depende de nuestros ideales acerca del ser humano. Ataca así el sistema educativo de la época, en manos de la Iglesia o del Estado, a los que acusa de crear «rebaños» formando en el conformismo, el autoritarismo y el nacionalismo. Russell busca educar personalidades libres y sensibles, cultivadas en la curiosidad, la confianza en el esfuerzo y e! sentido de aventura. Él y su mujer Dora crearon una escuela en Beacon Hill en donde intentaron llevar a la práctica sus ideales educativos. El valor actual de estos ensayos reside cn lo pausado y racional de su análisis, en la claridad de sus propuestas y la amenidad de su lectura: «Cuanto he de decir -escribe Russell- no es sino el resultado de mis preocupaciones con respecto a mis hijos; no hay, pues, en ello nada de remoto ni teórico, y espero que ayude a aclarar las ideas de otros padres en situación análoga a la mía, bien sea para compartir o para rechazar mis opiniones.»
Un libro en el que el propio Russell consigue lo que quiso para los niños: despertar la curiosidad y la reflexión conviniendo su discurso en una entretenida aventura.
AL terminar mi recorrido por las melancolías alemanas, publicado en El duelo de los ángeles (2004), se abrió ante mí un canal que comunicaba con otros territorios culturales. No resistí la tentación de continuar el viaje, aunque en forma entrecortada, por ese antiguo río negro que se interna en los territorios de la Modernidad. El resultado fue un conjunto de fragmentos que exploran ficciones e imaginaciones que emanan de la sociedad moderna cuando es inundada por humores sombríos y tristes.
Son una señal de que el mundo está entrando en una nueva época, dominada por un extraño capitalismo tardío cuyos signos apenas estamos comenzando a descifrar. A los filósofos con frecuencia les gusta reflexionar sobre la circunstancia que los envuelve. Quieren definir los parámetros de la época en que viven y para ello se apoyan en los estudios de aquellos sociólogos que también están interesados en explicar la mecánica oculta que mueve al mundo. Así, la sociedad actual ha sido definida como postmoderna o líquida. Muchos quieren entender el funcionamiento de la cultura actual y buscan darle un sentido al presente. ¿Qué significa vivir a comienzos del siglo XXI? ¿Dónde estamos? ¿Cómo se entiende nuestra época?
El enjambre digital, a diferencia de la masa clásica de los siglos XIX y XX, consta de individuos aislados, carece de alma y de un nosotros, es incapaz de una acción común o de manifestarse en una sola voz.
La hipercomunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar y ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pueda cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios. Multinacionales de la información vigilan nuestros intereses y extraen beneficio de nuestros comportamientos en línea: nos ofrecen cíclicamente los mismos pensamientos y preferencias, transformando y deteriorando los modos de lo público.
Byung-Chul Han afirma que se ha dejado atrás la época biopolítica. Hoy nos abocamos a la psicopolítica digital, una era en la que el poder interviene en los procesos psicológicos inconscientes. El psicopoder, para Han, es más eficiente que el biopoder, porque nos vigila, controla y mueve no desde fuera, sino desde dentro.