Lo que aquí se cuenta constituye una de las grandes epopeyas del pasado siglo. En pocos años, Arthur Koestler (1905-1983) pasó de vender limonada en un bazar de Palestina a convertirse en uno de los intelectuales más controvertidos de su época. En el ínterin, bailó sobre el alambre, vivió romances breves y estrepitosos, vagabundeó, vio caer Málaga y París, sorteó embestidas y tempestades, espió y conspiró, sufrió detenciones y persecuciones, se jugó el pellejo en misiones secretas para la Internacional Comunista y fue uno de los primeros en documentar la intervención nazi en la guerra civil española. Siempre en conflicto, incómodo en sus zapatos, trató de dar con el Absoluto a través de la utopía, pero salió escaldado de todas las causas en que militó, y siguió caminando con paso firme por el filo de la navaja hasta que Franco lo condenó a muerte. Fue entonces cuando, después de años moviéndose en círculos, asistió al momento más trascendental de su existencia. En una oscura celda de Sevilla, a la espera de ser ejecutado, una experiencia mística lo atravesó de lleno, trastocándolo de raíz.
Armas, germenes y acero, Premio Pulitzer 1997, cuestiona la prepotente visión occidental del progreso humano y nos ayuda a comprender cómo el mundo moderno y sus desigualdades han llegado a ser como son.
Hace 13.000 años la evolución de las distintas sociedades humanas comenzó a tomar rumbos diferentes. La temprana domesticación de animales y el cultivo de plantas silvestres en el Creciente Fertil, China, Mesoamerica y otras zonas geográficas otorgó una ventaja inicial a sus habitantes. Sin embargo, los orígenes localizados de la agricultura y la ganadería son solo una parte de la explicación de los diferentes destinos de los pueblos. Las sociedades que superaron esta fase de cazadores-recolectores se encontraron con más probabilidades de desarrollo, supervivencia y poder belico.
Un íntimo, poderoso e inspirador libro de memorias de la exprimera dama de Estados Unidos.
Protagonista de una vida plena y exitosa, Michelle Obama se ha convertido en una de las mujeres más icónicas y cautivadoras de nuestra era. Como primera dama de los Estados Unidos de América, y primera afroamericana en desempeñar esa función, contribuyó a que la Casa Blanca alcanzara sus mayores cotas de apertura y pluralidad de la historia; se erigió en destacada defensora de las mujeres y las niñas en Estados Unidos y en el resto del mundo, introdujo cambios drásticos encaminados a promover una vida saludable y activa en las familias, y acompañó a su esposo cuando el país atravesaba algunos de los momentos más desgarradores de su historia. Por el camino nos enseñó pasos de baile, causó furor en Carpool Karaoke y consiguió criar a dos hijas con los pies en la tierra bajo el implacable escrutinio de los medios de comunicación.