Paul Auster, Umberto Eco, Peter Handke, Paulo Coelho, Mario Vargas Llosa, José Saramago, Yves Bonnefoy, Antonio Tabucchi, Nedim Gürsel, Elfriede Jelinek, Manuel Vázquez Montalbán, Rita Dove y Tahar Ben Jelloun se sientan frente a la periodista y activista libanesa Joumana Haddad para charlar sobre el proceso creativo, la gestión del ego y la razón de ser de la literatura. Una colección de entrevistas fascinante que nos permite asomarnos a las mentes de algunos de los mayores escritores de nuestro tiempo y que es, en última instancia, un elogio al arte de preguntar.
Una perspectiva panorámica del conflicto que nos ofrece una manera totalmente nueva de entender la segunda guerra mundial.
La historia se basa en fechas, en una cronología, y la segunda guerra mundial no es una excepción a la regla. Para relatarlo de una forma original, lúdica y estética, ¿qué mejor que la infografía? Esta es la apuesta de esta cronografía de más de 600 fechas que se despliegan a lo largo de más de 3 metros. El período 1935-1948 se escenifica así para ofrecer al lector información en bruto -una fecha, un hecho- pero también para dar, a través del poder de la infografía, un significado adicional a la multitud de eventos que componen este cataclismo global.
El clásico de la filosofía política sobre las contradicciones de la democracia representativa.
En 1970, Robert Paul Wolff publicó este breve texto en el que se posicionaba claramente a favor de la escuela del anarquismo filosófico. Se basaba, para ello, en la imposibilidad de conjugar una plena autonomía individual con una autoridad estatal legítimamente moral. El libro vendió más de doscientos mil ejemplares de la primera tirada, y se convirtió rápidamente en un libro de referencia.
Wolff no duda en arremeter contra la democracia liberal representativa, que le parece una solución insuficiente -ya que nunca representa la voluntad de toda la población- al conflicto entre autoridad y autonomía, y aboga por una participación directa de los ciudadanos en las decisiones políticas que culmine idealmente en una unanimidad consensuada. Solo así el poder de los estados sobre los ciudadanos llegaría a ser legítimo. Wolff no ignora, sin embargo, las dificultades de un proyecto como este, que navega en aguas de la utopía. Ante la alienación de nuestra autonomía individual y el colapso de la legitimidaddel Estado, Wolff propone que nos entreguemos al anarquismo en lugar de sacrificar nuestros deseos políticos personales.