La extensa y variada obra de Platón (h. 428-h. 347 a.C.) ofrece en El banquete un estilo y una configuración peculiares, condicionados por la elección del escenario (una conversación después de una comida) y la naturaleza del tema tratado (el amor, esencial y recurrente a lo largo de la obra platónica). Como señala Carlos García Gual, en este diálogo Platón despliega con habilidad literaria y versátil retórica un abanico de perspectivas que permite al lector advertir la complejidad de los enfoques posibles, para luego establecer, a través de la iluminada revelación de Diotima, su propia teoría, según la cual el impulso erótico se sublima en una escala dialéctica hacia esa idea de Belleza que es también el Bien.
«¿QUIERE ESTO DECIR QUE YO RECHAZO TODA AUTORIDAD? BORRAD ESE PENSAMIENTO, EN MATERIA DE BOTAS, CONSULTO AL ZAPATERO; EN MATERIA DE CASA, CANALES O CAMINOS, CONSULTO AL ARQUITECTO O AL INGENIERO, PARA ESOS CONOCIMIENTOS ESPECIALES, PIDO LA OPINIÓN A ESOS ESPECIALISTAS, PERO NO PERMITO QUE EL ZAPATERO, NI EL ARQUITECTO, NI EL ESPECIALISTA ME IMPOGA SU AUTORIDAD, LES ESCUCHO LIBREMENTE Y CON TODO EL RESPETO QUE ME MERECE SU INTELIGENCIA, SU CARÁCTER, SU CONOCIMIENTO, RESERVÁNSOME SIEMPRE EL DERECHO INALIENABLE A LA CRÍTICA Y LA CENSURA.»
Ninguna teoría acerca del funcionamiento y estructura de la mente ha ejercido tanta influencia ni ha adquirido un estatus tan preponderante como la doctrina psicoanalítica, cuyas categorías y explicaciones no tardaron en convertirse en núcleo de un modo radicalmente nuevo de entender la realidad psíquica que ha marcado de forma notable el mundo moderno. Los quince trabajos que integran estos Ensayos sobre la vida sexual y la teoría de las neurosis, ordenados en un solo conjunto por Sigmund Freud (1856-1939), estudian el origen sexual de las neurosis, el papel represor de las instituciones culturales sobre el instinto, la bisexualidad como estructura congénita del hombre, el complejo de Edipo, etcétera.