Cuando la mayoría de la gente piensa en las direcciones de las calles, si es que lo hace alguna vez, piensa en su capacidad para garantizar que el cartero pueda entregar el correo o que un viajero no se pierda. Pero las direcciones no se inventaron para ayudar a encontrar el camino, sino para encontrarte a ti. En muchas partes del mundo, tu dirección puede revelar tu raza y tu clase. En este extraordinario estudio, Deirdre Mask examina las calles que llevan el nombre de Martin Luther King, los medios de orientación de los antiguos romanos o cómo los nazis aún rondan por las calles de la Alemania moderna. La otra cara de la moneda de tener una dirección es no tener ninguna; así, también conoceremos lo que eso significa para millones de personas hoy en día, como aquellas que viven en los barrios bajos de Calcuta o en las calles de Londres. Repleto de personas e historias fascinantes, El callejero ilumina las complejas historias que se esconden detrás de los nombres de las calles, así como su poder para revelar u ocultar, decidir quién cuenta, quién no y por qué.
Desde los tiempos de san Pablo, pasando por los primeros concilios de la Iglesia y llegando hasta nuestros días, Johnson ofrece una amplia panorámica de la religión que durante más de dos milenios ha ejercido una influencia mayor en el destino de la humanidad que cualquier filosofía.
El autor hace gala en este libro de su maestría en el arte de contar la historia de una forma accesible, rica en detalles, apreciaciones y anécdotas, y al mismo tiempo ofrece los datos necesarios para responder a cuestiones esenciales sobre la evolución de la fe cristiana.
China ha experimentado una colosal transformación en los últimos treinta años. Un gigantesco cambio para el que, sin embargo, no hay apenas espacio en los medios de comunicación occidentales. Un Estado que está cerca de desbancar a EEUU como primera potencia económica, que ha sacado de la pobreza extrema a más de 800 millones de personas, ha quintuplicado su producción de energías renovables en diez años y prioriza ahora reducir las diferencias sociales creadas por la economía de mercado.
La prensa occidental intenta empañar estos logros, pues el modelo chino de pragmatismo corre el riesgo de servir de ejemplo a los países atrapados en el callejón sin salida del subdesarrollo y la desigualdad. También azuza el miedo al resurgir de China, ignorando intencionadamente que el milenario Reino del Centro nunca ha mostrado voluntad expansionista y en muy raras ocasiones ha promovido una guerra.
Sólo desde un conocimiento veraz de lo que en la actualidad es China podremos abordar la tarea de que su imparable ascenso se convierta en un pilar fundamental de un nuevo orden mundial más justo y pacífico.