No muestro lealtad a ningún estilo. Simplemente escogeré aquel que me permita transmitir lo que quiero en ese momento.David Bowie es mucho más que un cantante que vendió ciento treinta y seis millones de discos, mucho más que un artista que experimentó con multitud de estilos y definió la cultura pop. Como dijo su biógrafo David Buckley, «cambió más vidas que ninguna otra figura pública». Con su perturbador alter ego, Ziggy Stardust, y canciones como «Starman» o «Space Oddity», desafió las reglas de la música y se convirtió en icono de su generación y referente de las generaciones presentes y futuras.Su larga carrera artística está íntimamente ligada a su biografía personal. Este libro se adentra en todos los aspectos de su vida, en sus enigmas y anécdotas. Como un jeroglífico, Bowie es un misterio que todos queremos desvelar, y nadie mejor que María Hesse, la autora del fenómeno Frida, para acometer este desafío. Hoy Bowie sigue fascinando más que nunca.
En el año 1972 partió de Montevideo, con destino Santiago de Chile, un avión Fairchild F227 de las fuerzas aéreas uruguayas en el que viajaba un equipo de rugby y sus acompañantes. Pero en realidad les aguardaba un destino muy distinto del que ellos habían proyectado. Las infernales condiciones climatológicas determinaron la catástrofe, y el aparato se estrelló en Los Andes. Sólo dieciséis de los cuarenta y cinco pasajeros que viajaban en el avión sobrevivieron al accidente y a los casi tres meses de indescriptibles rigores que compartieron con el hambre, el frío y el dolor. Sin otras provisiones, se vieron obligados a enfrentarse al horror de alimentarse con la carne de sus compañeros muertos, en un acto desesperado por conservar la vida. ¡Viven! Relata con toda suerte de detalles esta escalofriante peripecia y la de los familiares que en ningún momento dejaron de buscarlos.
Durante miles de años, los seres humanos ignoraron gran parte de los territorios, paisajes y pobladores del planeta, y en los mapas las regiones desconocidas recibían el nombre de Terra incognita. Todavía en el año 1840, el fondo marino era un completo misterio, treinta años después los científicos seguían defendiendo que el mar cubría los polos y en 1900 nadie había logrado alcanzar aún la estratosfera. Y, sin embargo, todas estas lagunas se convirtieron en el estímulo que nuestros antepasados necesitaban para desentrañar los secretos de la Tierra que los maravillaban y aterrorizaban a partes iguales. En pos del conocimiento cometieron innumerables errores, a veces brillantes, a menudo extraños, pero siempre fascinantes. En este magnífico ensayo, Alan Corbin nos ofrece una reveladora historia de la ignorancia como motor de la curiosidad humana que despierta nuestra sed de conocimiento y transforma nuestra visión del mundo.