Amanda Mauri entiende la pérdida y el duelo como dos de los pilares sobre los que se construye el género.
Mediante un lenguaje rico en matices y lleno de sensibilidad, en Museo de las ausentes, la autora se sirve de casos testimoniales y de la cultura popular para reflexionar sobre los temas que le preocupan: los usos políticos del duelo por el feminismo, la posibilidad de subvertir el miedo a través del arte, la irreverencia y la comunidad, los legados de los movimientos sociales que han construido su resistencia a partir de la pérdida, y la importancia de la dimensión afectiva y psíquica del poder.
Mauri teje una trenza que une ensayo, fabulación y testimonio para ampliar las fronteras del género literario y de la literatura sobre el género: un texto híbrido que gira en torno a un «centro secreto», un recuerdo traumático al que la autora regresa una y otra vez para cimentar sus ideas. Reflexiones sobre la memoria, el deseo, el dolor, la violencia y la escritura se superponen. El resultado es un trabajo lúcido y preciso, capaz de adentrarse en el horror y de narrarlo sin perder tensión literaria.
Museo de las ausentes es un viaje circular, transitado por fantasmas, por sombras y, también, por repentinos fogonazos de luz.
Andrea Marcolongo pasó una noche de luna menguante en el Museo de la Acrópolis, un espacio en el que llama más la atención lo que falta que lo que se exhibe, y esa pequeña aventura le dio pie a escribir este ensayo en el que la reivindicación adquiere un carácter político, y abre un debate sobre el expolio y la apropiación cultural.
Como punto de partida, narra la increíble historia del secuestro de los mármoles del Partenón por el embajador británico lord Elgin, compuesta de toda una serie de incidentes rocambolescos que arrancó en diciembre de 1801 y se prolongó durante meses. En el trasfondo, un frágil y cambiante equilibrio de poder entre la Francia de Napoleón, el Imperio otomano e Inglaterra que contribuyó al desastre: debido a una sucesión de increíbles negligencias, los mármoles sufrieron daños y muchos de ellos se perdieron.
Marcolongo aborda con valentía y sensatez el debate sobre la restitución del patrimonio arqueológico, y se lanza con pasión a una elegante y profunda reflexión sobre el legado griego y sobre lo que a diario tomamos prestado del mundo clásico, más allá de las esculturas de piedra. Con gran sutileza, entrevera esta exposición de emocionantes conexiones con su propia experiencia y su historia familiar. La vida del controvertido lord Elgin es tan imprevisible y trágica como una novela de aventuras y se verá devastada por las consecuencias de aquella histórica sustracción, que para los atenienses resultó tan osada e impensable como intentar desplazar la luna de su órbita.
Una conmovedora e íntima reflexión sobre la naturaleza de la raza y la nación estadounidense que ha inspirado a generaciones de escritores y pensadores, publicada en 1963, el mismo año de la Marcha sobre Washington. Con claridad, convicción y pasión, James Baldwin lanza una terrible advertencia sobre los efectos del racismo que sigue siendo urgente sesenta años después. En el primero de dos ensayos, Tembló mi celda. Carta a mi sobrino en el centésimo aniversario de la emancipación, Baldwin ofrece consejos amables e inquebrantables sobre lo que significa ser negro en Estados Unidos y explica la retorcida lógica del racismo estadounidense. En A los pies de la cruz. Carta desde una región de mi mente, Baldwin relata su viaje espiritual hacia la Iglesia tras una crisis religiosa a los catorce años, y su vuelta a ella, así como su encuentro con Elijah Muhammad, el líder de la Nación del Islam. A lo largo de todo el libro, Baldwin nos insta a enfrentarnos a las instituciones opresoras de la raza, la religión y la propia nación, e insiste en que la resiliencia compartida entre negros y blancos es la única forma de avanzar. En la misma medida en que es un ajuste de cuentas con el pasado racista de Estados Unidos, La próxima vez el fuego es también un toque de clarín a la atención, el valor y el amor.