Una perspectiva panorámica del conflicto que nos ofrece una manera totalmente nueva de entender la segunda guerra mundial.
La historia se basa en fechas, en una cronología, y la segunda guerra mundial no es una excepción a la regla. Para relatarlo de una forma original, lúdica y estética, ¿qué mejor que la infografía? Esta es la apuesta de esta cronografía de más de 600 fechas que se despliegan a lo largo de más de 3 metros. El período 1935-1948 se escenifica así para ofrecer al lector información en bruto -una fecha, un hecho- pero también para dar, a través del poder de la infografía, un significado adicional a la multitud de eventos que componen este cataclismo global.
José María Conget (Zaragoza, 1948) es licenciado en Filosofía y Letras. Ha ejercido como profesor o gestor cultural en Glasgow, Lima, Londres, Nueva York, París y varios pueblos y ciudades españolas. Actualmente reside en Sevilla. Es autor de novelas, cuentos y ensayos y fue comisario de la exposición El cómic español de la democracia (1975-2005). Sus últimas publicaciones han sido las colecciones de relatos La ciudad desplazada (2010), La mujer que vigila los Vermeer (2013), Confesión general (2017), Juegos de niñas (2019) y La verdad sobre el amor (2023); y las novelas La bella cubana (2015), El mirlo burlón (2018) y Cenas de amigos (2022). Fue premio de las Letras Aragonesas en 2007 por el conjunto de su obra.
Lo que aquí se cuenta constituye una de las grandes epopeyas del pasado siglo. En pocos años, Arthur Koestler (1905-1983) pasó de vender limonada en un bazar de Palestina a convertirse en uno de los intelectuales más controvertidos de su época. En el ínterin, bailó sobre el alambre, vivió romances breves y estrepitosos, vagabundeó, vio caer Málaga y París, sorteó embestidas y tempestades, espió y conspiró, sufrió detenciones y persecuciones, se jugó el pellejo en misiones secretas para la Internacional Comunista y fue uno de los primeros en documentar la intervención nazi en la guerra civil española. Siempre en conflicto, incómodo en sus zapatos, trató de dar con el Absoluto a través de la utopía, pero salió escaldado de todas las causas en que militó, y siguió caminando con paso firme por el filo de la navaja hasta que Franco lo condenó a muerte. Fue entonces cuando, después de años moviéndose en círculos, asistió al momento más trascendental de su existencia. En una oscura celda de Sevilla, a la espera de ser ejecutado, una experiencia mística lo atravesó de lleno, trastocándolo de raíz.