El camino que hemos emprendido se vuelve sinuoso, escabroso y empinado. Quisiéramos encontrar una sombra para protegernos del sol que quema y divisar un pequeño arroyuelo donde saciar nuestra sed. Seguimos caminando, muchas veces creyendo que nadie nos acompaña, que andamos solos. Pensamos que no encontraremos una ruta mas cómoda para andar y seguimos abriendo trocha mientras caminamos. De repente , divisamos un claro, un hermoso valle llano, colorido y atractivo. Unos pasos mas adelante, nuestros pies se topan con una inscripción: Esta es tu porción aquí esta tu herencia, y con letras perfectamente trazadas dice Dios: Yo soy tu herencia y tu copa.
Estamos perdiendo nuestra capacidad de no hacer nada. Nuestra existencia está completamente absorbida por la actividad y, por lo tanto, completamente explotada. Dado que solo percibimos la vida en términos de rendimiento, tendemos a entender la inactividad como un déficit, una negación o una mera ausencia de actividad cuando se trata, muy al contrario, de una interesante capacidad independiente.
Byung-Chul Han indaga en los beneficios, el esplendor y la magia de la ociosidad y diseña una nueva forma de vida, que incluya momentos contemplativos, con la que afrontar la crisis actual de nuestra sociedad y frenar nuestra propia explotación y la destrucción de la naturaleza.
Vigilando el ascenso de la extrema derecha y admirando la sexualidad, ojeando unas páginas de poética francesa o contemplando el diseño de interiores, viendo las narraciones del cine y descubriendo el espíritu de la infancia, escrutando los discursos y creencias de la astrología o atisbando el trasiego en los hoteles: siempre que Theodor W. Adorno dirige su mirada hacia cualquier arista de la realidad, consigue transformarla, destilando de ella un pequeño fragmento con el que poner en marcha el pensamiento.
En Minima moralia, texto a medio camino entre el ensayo y lo literario, Adorno nos enseña su lúcida escritura, en la que el pensar resulta indisoluble del vivir, y nos desvela su mejor y más elevado legado crítico: el arte de resistir.