Este ensayo ofrece un análisis a la vez profundo y divulgativo de los puntos decisivos de la filosofía del pensador suizo, vertebrado en torno a una pregunta principal: ¿cuáles son las sendas que se abren ante el hombre enredado en la existencia y qué le espera a este al final de cada recorrido? Para responder a este interrogante, Todorov recurre a una lectura humanista y moral de los textos rousseaunianos. Existen tres caminos posibles: el de la naturaleza, el de la civilización y ―camino intermedio― la senda moral, que reconcilia los dos primeros. Pero esta senda no conduce automáticamente a la perfección. Rousseau conocía mejor que nadie las debilidades humanas y nuestra necesidad de conformarnos con la precariedad existencial, de lidiar con los obstáculos de la vida y aprender a convivir con una frágil felicidad.
Este libro no es una confesión ni una autobiografía. Aunque adopta la forma de un diario, trasciende lo íntimo. Escrito desde una perspectiva personal, busca ofrecer una visión cruda de la realidad. A través de reflexiones sobre diversas épocas, desde la Transición hasta la actualidad, retrata momentos clave marcados por guerras, cambios políticos, ilusiones perdidas y engaños. Se abordan temas como la evolución de los partidos, la transformación de la izquierda, el surgimiento de nuevos movimientos nacionalistas y los profundos cambios sociales y tecnológicos. Critica a la burguesía actual, descrita como oportunista e ignorante, y basada en una falsa progresía. Aunque no es un tratado experto, estas páginas del filósofo vivo más importante de nuestra historia reciente se sustentan en una rica experiencia de vida, marcada por el contacto con figuras relevantes, la defensa de la autodeterminación de Euskadi y la colaboración en medios.
En Venecia, el pasado y el presente se entretejen de forma curiosa, los venecianos no se han recuperado del todo de la pérdida de la gloria, quizá no la hayan aceptado siquiera, de modo que en el fondo de sus pensamientos, su ciudad sigue siendo la Serenísima, la Novia del Adriático. Esta mezcla de resignación y persistencia da a la gente un toque de melancolía, una tristeza semejante a la laguna, lisa y seca.» A menudo clasificado como el mejor libro de viajes jamás escrito, Venecia no es ni una guía ni un libro de Historia sino una apasionada inmersión en la vida y en el carácter venecianos. Jan Morris logra capturar el temperamento y el alma acuática de la ciudad guiándonos por sus calles a través de sus sonidos, olores, luces y colores. No hay rincón de Venecia que no haya investigado y al que no haya devuelto la vida. Jan Morris visitó Venecia por primera vez de joven durante la Segunda Guerra Mundial siendo el soldado James Morris.