Técnica del arte de hablar encaminada prioritariamente a persuadir al otro, la Retórica nació y se perfeccionó en una sociedad como la griega antigua, de carácter y sistema político predominantemente orales, y para la cual el dominio de la palabra era una necesidad práctica. Aunque inscrito dentro de una tradición anterior, el tratado que a ella dedicó Aristóteles se apartó, sin embargo, tanto de caminos trillados como de una retórica de corte más sofístico, para llegar a constituir, lindando los campos de la ética, la política y la dialéctica, un texto no sólo orientado a conseguir la persuasión, sino a evaluar la realidad y a tomar las decisiones más correctas.
Sin pretender ser exhaustivo, el autor estudio los principales filósofos contemporáneos desde un punto de vista a la vez expositivo y crítico. Empieza explicando la disolución del hegelianismo fundándose especialmente en Marx y en Kierkegaard. La filosofía de la vida, de Schopenhauer y Nietzsche, se presenta como una reflexión sobre el sentido de la existencia humana. En el positivismo, ve el autor la encarnación del espíritu del S. XIX. Despues del idealismo y el espiritualismo francés, el libro termina con la exposición de la fenomenología de Husserl y el existencialismo.
Una escuela para construir el futuro.
En educación, ir a contracorriente no es una simple actitud; ser rebeldes es una convicción para caminar hacia la sociedad que queremos. Un día, de pronto, decidimos dejar de situar el foco en el objeto de estudio y lo pusimos en los jóvenes, los verdaderos protagonistas del proceso de aprendizaje y del cambio. Y entonces comprendimos que para que los jóvenes fueran los verdaderos protagonistas también era necesario dar un giro en nuestro papel como docentes, como familias y como sociedad.
Un profe rebelde puede cambiar un aula, pero una educación rebelde que incluya a todos sin excepción puede transformar una sociedad y lograr un futuro mejor.
Ese es nuestro reto.