Ricardo Calderón Serrano fue un jurista andaluz que, tras ingresar en el Cuerpo Jurídico Militar y prestar servicio en diversos destinos, accedió al Tribunal Supremo primero como Secretario de Sala y, posteriormente, como Magistrado, puesto que desempeñó hasta que, en 1939, hubo de exiliarse a Francia, desde donde viajó en 1940 a México, país en el que, nacionalizado, se incorporó a su Ejército, alcanzando el generalato, desarrolló una intensa actividad docente, obteniendo una Cátedra de Derecho Militar en la Universidad Nacional Autónoma de México y, en poco más de una década, elaboró el primer tratado de dicha especialidad en lengua española.En el presente estudio se analiza la vida y la obra de este prestigioso jurista que, considerado en México como uno de los maestros del exilio republicano español, no ha recibido hasta ahora en nuestro país un justo reconocimiento.
Una historia político-sentimental del movimiento que transformó la Argentina del siglo XXI.
El kirchnerismo emergió desde Santa Cruz como un fenómeno político singular en la historia argentina. Tres décadas después ha consolidado una identidad nacional de extraordinaria vitalidad. ¿Cómo se explica que haya sobrevivido, en tiempos líquidos y de vértigo constante? ¿Qué puntos de inflexión definieron los distintos momentos de su desarrollo? ¿Es el kirchnerismo patagónico idéntico al actual? ¿De qué manera logró sortear la demonización mediática y el acoso judicial contra sus principales referentes? ¿Cómo se sostuvo en un escenario geopolítico de avances de las derechas neoliberales? ¿Qué atributos lo caracterizarán en la construcción de esta nueva etapa?
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico que describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración.
¿Qué queda de una persona cuando escribe «mi cabeza es mi enemiga»?
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico o el recuento de la vida de un ex: ex adicto al trabajo, ex pareja y ex miembro del Club de los Mentalmente Sanos. Los brotes negros, que podría titularse asimismo Los buenos lagrimales, describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración: las fases de desesperanza, los episodios de ira, las ideaciones suicidas.
Algo más o algo menos que un individuo, lo que en sus líneas se dibuja es un sujeto experimental –«veamos si esta otra píldora hace efecto»– cuyos biorritmos, alterados hasta el colapso, somatizan la velocidad exaltada de la producción, la profesión y el capital.