El texto pretende ofrecer una serie de reflexiones sobre algunos motivos hasta ahora desatendidos o no lo suficientemente tratados en el marco de la ya extensa bibliografía sobre Walter Benjamin. El libro gira en torno a su concepto de experiencia como algo vinculado a lo que denomina «facultad mimética». Lo que se propone es un recorrido por sus concepciones acerca del lenguaje, la historia, la narración literaria y el cine al hilo de su noción de la mímesis en cuanto que capacidad para la producción y el reconocimiento de semejanzas y correspondencias.
Cocinar no es seguir unas instrucciones, ni someternos a una lista de ingredientes, ni planificar minuciosamente la compra del supermercado. Al contrario, cocinar es todo aquello que pasa en los márgenes de una receta: es improvisar, arriesgar, decidir. Cocinar es ser libres. Contra la extinción de este atrevimiento, contra el síndrome del no-tengo-tiempo y la barbarie de una sociedad que come pero no cocina, este libro nos urge para recuperar el sentido del acto más primigenio de la vida: alimentarnos.
Entusiasta e inconformista, Maria Nicolau nos abre las puertas a una cocina rica, sostenible, apasionada y, sobre todo, coherente. Una cocina explicada a través de la historia y la ciencia, la naturaleza y la tecnología, los episodios colectivos y la vivencia íntima. ¿Por qué la olla es el primer invento de la civilización? ¿Qué hace que los pasteles se agranden en el horno? ¿Por qué solo compramos salmón y merluza, teniendo el Mediterráneo lleno de otras variedades de pescado? En este libro, más allá de las recetas, encontraréis una cocina que responde a la necesidad de subsistir, pero también al placer de compartir y que nos recuerda que nosotros somos los últimos responsables de la manera en que vivimos.
La Escuela de Frankfurt fue el comienzo de la revolución cultural y de los «ismos» que hoy pretenden destruir los cimientos de la civilización occidental cristiana. Estamos en condiciones de afirmar, sin temor a equivocarnos, al menos dos cosas: 1) que tratamos aquí con el primer think tank multidisciplinario y realmente organizado del marxismo anti dogmático; y 2), que ha sido determinante la influencia ejercida sobre los primeros triunfos de la Nueva Izquierda y del posmodernismo.
En resumidas cuentas, la Escuela de Frankfurt salvó al marxismo de sí mismo; especialmente del entonces ya obsoleto marxismo institucional, cuyos ensayos caían estrepitosamente por su propio peso en todo el mundo. Los filósofos alemanes lo revitalizaron, dándole un nuevo rostro -pasando a retiro al proletariado- y añadiendo nuevos miembros y manifestaciones a su cuerpo, ahora sustentado y alimentado por otras víctimas: nuevos idiotas útiles y sujetos revolucionarios (mujeres, estudiantes, homosexuales, ecologistas, animalistas, negros, indígenas, etc.). Desvincularon al marxismo de una revolución que sensatamente juzgaron imposible, evitando su completo descrédito y eventual extinción.