Un estudio psicológico sobre la maldad humana.
Todos hacemos cosas malas. Todos mentimos, engañamos y hacemos daño a los demás. Todos sabemos lo que es el mal. Pero, ¿nos convierte eso en seres malvados? ¿Qué nos diferencia de los grandes criminales de la historia?
En este ensayo inteligente y accesible, la doctora Julia Shaw se adentra en el funcionamiento de los pensamientos y las acciones más malvadas. Sirviéndose de conocimientos propios de la psicología y la neurociencia, nos muestra que los mismos mecanismos que hacen posibles los crímenes más atroces también pueden funcionar a nuestro favor, ya que forman parte de nuestra naturaleza.
Gracias a una convincente combinación de ciencia, cultura popular y ejemplos de la vida real, este libro es capaz de plantear cuestiones como ¿cuánto se parece nuestro cerebro al de un psicópata?, ¿cuántas personas fantasean con cometer un asesinato?, ¿nuestras inclinaciones sexuales nos hacen malas personas? o ¿quién se convierte en terrorista? y resultar fascinante y convincente al dar las respuestas.
En Farmaconomía, el periodista Nick Dearden cuenta su investigación que le hizo darse cuenta del modo en que producimos nuestros medicamentos y descubre que las grandes farmacéuticas nos están fallando, con consecuencias catastróficas. A esas grandes empresas les interesan más los beneficios que la salud. Eso quedó claro cuando los gobiernos se apresuraron a producir vacunas durante la pandemia de COVID-19. Detrás de los tan cacareados avances científicos, realizados sobre todo con fondos públicos, las grandes empresas encontraron nuevas formas de sacar miles de millones más a los gobiernos de Occidente mientras abandonaban al Sur Global.
La inteligencia artificial ha dejado de ser un argumento inquietante de las películas de ciencia ficción para convertirse en una cuestión tan real como urgente. Su evolución y los inevitables debates éticos que acarrea nos incumben a todos, pero suele delegarse esta responsabilidad en los propios directivos de las empresas tecnológicas, a menudo coaligados con quienes tienen intereses económicos.
Abrumados por un mundo que no terminamos de entender y que intuimos atractivo y peligroso, miramos hacia otro lado. Pero ¿estamos dispuestos a dejar un asunto tan delicado como el futuro de la humanidad en manos de una minoría? ¿Cómo garantizamos que los algoritmos no perpetúen sesgos y discriminación?, ¿Cómo deberíamos gestionar un fallo médico cometido por un robot?