Madrid fue para Azaña, en sus años de estudiante en El Escorial, unas luces lejanas que le atraían por su misterio. Después, viviendo ya en Madrid, la ciudad fue el escenario de sus largos paseos solitarios. En sus artículos de juventud veía Madrid como un poblachón sin vitalidad ni entusiasmo. Pero pronto, cuando empieza su actividad política, se plantea la necesidad de "pensar Madrid": la república necesita una capital a la altura de sus ideales. En su mente se abre paso la idea del Gran Madrid, que muy pronto la guerra hará imposible. Pero antes ha disfrutado de su Madrid preferido: el de los montes de El Pardo, el de la Quinta, el de los pueblos próximos -El Escorial, Guadarrama, Villalba, Manzanares el Real...-. Cuando estalla la guerra y el gobierno se traslada a Valencia y luego a Barcelona, Azaña hará un único viaje a Madrid, que él sabía, probablemente, que era el último; pronuncia entonces uno de sus más bellos discursos sobre la capital, a la que llama ejemplo de dignidad, de sacrificio y de esperanza.
Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche, no solo está considerado como el libro más representativo de este genial pensador, sino también como una de las obras de mayor calidad literaria en lengua alemana de todos los tiempos. Nietzsche puso en boca del legendario filósofo persa Zaratustra la quintaesencia de su mensaje: el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de poder y el eterno retorno de lo idéntico. Esta edición va acompañada de una copiosa bibliografía orientada al lector interesado por el pensamiento nietzscheano, y por un estudio preliminar, ambos preparados por Enrique López Castellón, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.
Pasear por la ciudad será diferente a partir de ahora.
La ciudad infinita es una mirada nueva al arte del paseo y también un ensayo lírico sobre urbanismo. La semilla de este libro fueron las 21 excursiones literarias, o «expediciones asfálticas», que Sergio C. Fanjul emprendió durante el verano en que ejerció de algo así como Paseador Oficial de la Villa de Madrid. Tras regarlas y abonarlas, se han convertido en una frondosa andadura donde conviven, con humor y vehemencia, apuntes sobre la misión del peatón en una época hostil a la urbanidad, la búsqueda de episodios históricos que nos reconcilien con el trazado de las calles e incluso una reivindicación de la convivencia y del ser social. Sin duda, este es un libro para aventureros de a pie, firmado por uno de los escritores más sorprendentes de la nueva literatura en español.