En este contundente libro, Carl Cederström rastrea la concepción actual de la felicidad desde sus raíces en la psiquiatría europea de principios del siglo XX, pasando por la generación Beat, el psicoanálisis de Wilhelm Reich o el movimiento hippie, hasta llegar a Donald Trump. El autor defiende que la felicidad se define en nuestros días por el deseo de ser «auténtico», de experimentar placer físico y de cultivar una individualidad única. En los últimos cincuenta años, estas ideas, antes revolucionarias, han sido secuestradas por corporaciones y agencias publicitarias que nos empujan a llevar una vida cada vez más insatisfactoria, acelerada, insegura y narcisista. En una época de creciente austeridad y división social, Cederström sostiene que un nuevo sueño radical de felicidad se está imponiendo. Existe una visión alternativa de la buena vida que promueve un compromiso más profundo con el mundo y nuestro lugar dentro de él, en oposición al individualismo y el hedonismo ilimitados. Guiados por una cosmovisión más igualitaria, podemos reinventarnos a nosotros mismos y a nuestras sociedades.
Tras la caída formal de la Unión Soviética en 1992, muchos sectores del mundo libre descansaron en ese triunfalismo que brindaba la sensación de que la utopía colectivista había perdido para siempre. Pero pocos años después, abrazando nuevas banderas y reinventando su discurso, el hoy llamado neocomunismo (o progresismo cultural) no sólo pasó a dominar la agenda política sino, en gran medida, la mentalidad occidental. Los viejos principios socialistas de lucha de clases, materialismo dialéctico, revolución proletaria o violencia guerrillera, ahora fueron reemplazados por una rara ingesta intelectual promotora del "indigenismo ecológico", el "derecho-humanismo" selectivo, el "garantismo jurídico" y por sobre todas las cosas, por aquello que se denomina como "ideología de género", suerte de pornomarxismo de tinte pansexual, impulsor del feminismo radical, el homosexualismo ideológico, la pedofilia como "alternativa", el aborto como "libre disposición del cuerpo" y todo tipo de hábitos auto destructivos como forma de rebelión ante "la tradición hetero-capitalista" de Occidente. El libro Negro de la Nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural, escrito por dos autores tan audaces como Nicolás Márquez y Agustín Laje, constituye el primer libro publicado en Argentina que ataca y cuestiona todos y cada uno de los "dogmas" de un progresismo revolucionario que arrasa buscando destruir la cultura vigente para, sobre sus escombros, reproducir aquel "paraíso" que por error o subestimación muchos dieron por muerto y hoy representa una grave amenaza.
We the People traza la historia del constitucionalismo estadounidense, desde la fundación de la República hasta la revolución de los derechos civiles de la década de 1960 y la crisis actual provocada por la governance neoliberal, para afirmar con todo vigor la función primordial desempeñada por el poder constituyente del pueblo estadounidense en el ritmo de producción de la norma constitucional y del derecho positivo. Lejos de afirmar un modelo constitucional basado en la reproducción de la norma jurídica al ritmo de los equilibrios de un poder constituido congelado en el tiempo, el profesor Ackerman reivindica y reconstruye con toda precisión teórica los momentos histórico-constitucionales, producto genuino de procesos intensísimos de lucha de clases y de antagonismo social, en los que la voz del pueblo se impone en un complejo juego de desplazamientos de los equilibrios institucionales y de innovaciones en el campo jurídico-constitucional. En el caso de la historia estadounidense, la fundación de la República contra el dominio colonial, la Guerra Civil contra el Sur racista, el New Deal contra el modelo del laissez faire liberal y la revolución de los derechos civiles contra el segregacionismo del sistema de Jim Crow han supuesto una mutación fundamental del pacto constitucional de la nación y la inauguración de un nuevo ciclo político y legislativo. Estos puntos de inflexión despliegan con toda nitidez la potencia del poder constituyente contra la usurpación tendencial de los sucesivos pactos constitucionales por el poder constituido ligado a las clases y los grupos sociales, cuyo poder proviene de estructuras de dominación que la constitución política intenta someter a la voluntad democrática del pueblo. El libro contiene, pues, una teoría de la constitución entendida como resultado de la radicalización de la democracia mediante la imposición de nuevas cartas de derechos fruto de las nuevas necesidades políticas y socioeconómicas de la inmensa mayoría.