Publicada en plena Guerra Civil y no reeditada en España desde la década de 1970, El asedio de Madrid (1938) relata, desde una perspectiva apasionada e inequívocamente republicana, acontecimientos vividos en la capital desde los días anteriores al estallido de la contienda hasta mediados de 1937. A través de la integración de las peripecias de una serie de personajes ficticios en un fresco histórico en el que se reconocen lugares, acontecimientos y personas reales –entre otros, aparecen José Miaja, Cipriano Mera, Dolores Ibárruri «Pasionaria» o Margarita Nelken– se va narrando el devenir colectivo de la ciudad durante los meses en los que se fueron configurando los mitos de la resistencia y del «no pasarán». Sucesos integrados en el imaginario simbólico del Madrid bélico como el impacto de la muerte de Buenaventura Durruti, la presencia de los primeros batallones de brigadistas internacionales, los combates en la Ciudad Universitaria, los bombardeos aéreos o la caótica llegada de refugiados conviven en la novela con la convulsa cotidianeidad de una ciudad que, convertida a la vez en frente y retaguardia, pasó de la euforia, la pasión y la fe en la victoria de los primeros compases de la guerra al hambre, la miseria y el terror provocados por el contacto diario con la muerte y la destrucción.
Sonia Taravilla es una profesional del sector cultural que desde hace una década gestiona la exitosa cuenta en redes sociales El Sereno de Madrid. A través de sus redes y bajo el seudónimo de “El sereno” da a conocer aspectos históricos, artísticos y sociales de Madrid a través de los siglos, haciendo hincapié en el XIX y XX.
En su primer libro a modo de crónica social homenajea a los habitantes de la Villa y Corte, representados por sus oficios y dando a conocer tanto a personajes ilustres como anónimos, quienes con sus vivencias y experiencia contribuyeron a dar a la ciudad su inigualable personalidad.
Wilfred Thesiger pasó cinco años vagando por los desiertos de Arabia para escribir este libro, «un monumento a un pasado desaparecido, un tributo a un pueblo en tiempos magníficos». Repelido por la suavidad y la rigidez de la vida occidental, se lanzó a explorar el vasto y reseco Territorio Vacío de Arabia, visitando pueblos donde nunca habían visto a un europeo y consideraban un deber matar a los infieles cristianos. Viajando entre los beduinos, experimentó los retos cotidianos del hambre y la sed, las largas marchas bajo el implacable sol, las noches de frío y el constante peligro de muerte si se descubría que era un «infiel». Fue el primer europeo en visitar la mayor parte de la región, y justo antes de abandonarla, había comenzado el proceso que la cambiaría para siempre: el descubrimiento de petróleo. Thesiger reflexiona sobre los cambios y el desarrollo a gran escala que se produjeron después de la Segunda Guerra Mundial y la subsiguiente erosión gradual de las formas de vida tradicionales de los beduinos, que habían existido inalteradas durante miles de años. Su relato tiene un valor incalculable para entender el Oriente Medio moderno.